domingo, 13 de octubre de 2013

Las fiables "suizas"


Entrada revisada y ampliada en febrero de 2015

Mis primeros recuerdos de las suizas o seiscientas, como entonces se las llamaba, data de principios de los 70 cuando prestaban servicio entre Madrid-Atocha y Toledo. La electrificación del ramal de Castillejo a Toledo se había inaugurado en septiembre de 1965 y estas unidades fueron los primeros trenes eléctricos en prestar servicio por él, procedentes siempre de Madrid. Fue un cambio tremendo pasar de la locomotora de vapor y los coches de madera a estas unidades. Recuerdo de ellas su suavidad de marcha y, sobre todo, el placer que producía irse al asiento situado al extremo del remolque con cabina, ya que desde él se tenía la misma visión que la del maquinista.  La cabina de éste ocupaba sólo la mitad de la anchura del vehículo, separado de los viajeros por una estrecha puerta. Después, esa ventanilla la cegaron y a los aficionados...nos fastidiaron. A veces había suerte y, fuera por avería de esa puerta o simplemente porque corriera el aire, ésta permanecía abierta y se disfrutaba enormemente viendo al maquinista conducir la unidad.

Las seiscientas comenzaron a aparecer en 1958 a raíz de la creciente necesidad de material por todas las electrificaciones a 3000 V que se estaban llevando a cabo. Aunque no eran las primeras unidades eléctricas, sí constituían la primera gran serie. Realmente eran tres subseries, las seiscientas, las setecientas y las ochocientas, aunque un poco "forzadas" porque la única diferencia era el número de vehículos que integraba cada tren y no las características técnicas, que eran las mismas. Así, la subserie seiscientas o 436 (62 unidades construidas), se componía de coche motor, coche remolque y coche motor con cabina. Las setecientas o 437 (4 unidades construidas) estaban formadas por dos coches motores y las ochocientas o 438 (39 unidades construidas) de un coche motor y un coche remolque con cabina. Salvo las 15 primeras unidades construidas íntegramente en Suiza, las restantes se construyeron por el consorcio GESTESA (Grupo Español Suizo de Trenes Eléctricos Sociedad Anónima) constituid0 para tal fin. 

La experiencia adquirida con su explotación y la aparición de nuevas necesidades dio lugar a que RENFE llevara a cabo en 1973 una ambiciosa reforma de las composiciones para conseguir 133 unidades compuestas por un coche motor y dos remolques y 28 integradas por un coche motor y un coche remolque teniendo que ser para ello construidos casi 200 nuevos coches de este tipo. Naturalmente, la aceleración de estos trenes, que siempre había sido proverbial, se resintió claramente. Pero se aumenta mucho el número de plazas.

En 1981 tiene lugar la segunda gran reforma. Se revisa y sanea el sistema eléctrico, se mejora el confort interior y se cambia la librea que pasa a ser la, para mi, horrorosa, azul y amarilla.

Mi primera foto de una "suiza" data de 1982 y la hice en Atocha. En este caso se trata de una 438 pero . Todavía mantenía su decoración original aunque ya empezaban los cambios al nuevo esquema de pintura.

438-014 en Madrid-Atocha en noviembre de 1982. Ya la ventanilla frontal, desde se contemplaba una estupenda vista de la línea, estaba cegada. Parece que a algunas de estas unidades se las denominó por ese motivo y durante algún tiempo, "las tuertas" (Foto: Ángel Rivera)
A partir de esa época, en la mayoría de mis fotos  aparecen con  esa librea estando obtenidas la mayoría en Asturias salvo alguna en Valencia y en Madrid-Atocha, zonas donde, además de Cataluña, más se extendió esta serie. 


Varias 43X en Valencia en agosto del 83 (Foto: Ángel Rivera)

436-505 en Valencia. Agosto del 83 (Foto. Ángel Rivera)
436-008 en Oviedo. Agosto del 85. No aparece en el frontal la numeración UIC sino la antigua (Foto: Ángel Rivera)



438-005 en Atocha. Marzo del 87 (Foto: Ángel Rivera)
436-002 en Oviedo. Agosto del 87 (Foto: Ángel Rivera)

436-007 en Oviedo, todavía con colores originales, en agosto del 87 (Foto: Ángel Rivera)





436-056 en Gijón. Agosto del 87 (Foto: Ángel Rivera)
438-002 en Gijón. Agosto del 88 (Foto: Ángel Rivera)


437-503 en Oviedo. Agosto del 89 (Foto: Ángel Rivera)
436-512 en Oviedo. Agosto del 90 (Foto: Ángel Rivera)

En 1987 se acometió por RENFE la más profunda renovación de varias de estas unidades eléctricas, que condujo a la nueva serie 435 de la que me ocuparé en una próxima entrada.






436 y 435 en Oviedo en agosto del 90. Empieza la renovación (Foto: Ángel Rivera)

Ninguna seiscientas original quedó para el recuerdo. Una vez más.


BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

Aranguren, Javier: Automotores Españoles. Autoedición

martes, 8 de octubre de 2013

Una historia de "zaragozas"

Los "zaragozas" era la denominación corriente de aquellos pequeños automotores de dos ejes tipo "Wismar" que la compañía Cardé y Escoriaza de Zaragoza fabricó tanto en vía ancha como estrecha en la década de los 30 del siglo pasado. En RENFE fueron los matriculados 9014-9033, por detrás de los "talguillos" 9002-9013, a los que dediqué una entrada anterior de este blog. Eran muy llamativos por sus dos motores (uno en cada frontal) en voladizo con una apariencia de "hocico" muy pronunciado, algo que dio lugar que en alguna zona se los conociera como "los gorrinillos". Tuve ocasión de viajar en ellos en el servicio que a veces hacían entre Villacañas y Santa Cruz de la Zarza, allá por los años 60. Y digo "a veces" porque ese servicio se hacía con el material -supongo que del depósito de Alcázar- que hubiera disponible en cada momento: lo mismo lo hacía un "zaragoza" que un Ganz grande o incluso una 240 Renfe con furgón y dos coches de madera de ejes.

En aquella época no disponía de máquina fotográfica y no tengo por tanto imágenes propias que aportar, pero lo que sí transcribo a continuación es un relato que publiqué hace años en una revista local y que refiere como era la jornada en esa época en una estación de la línea Madrid-Cuenca. La parte del relato que va a continuación se refiere a la llegada y salida del primer tren de la mañana, el semidirecto Cuenca-Madrid y, como se verá, el pequeño "zaragoza" cumplía un papel importante.



           EL TREN DE LAS NUEVE

 

Esta ilustración de mi buen amigo Santiago Almarza describe perfectamente el ambiente en la estación a primera hora de la mañana. En la vía principal está estacionado el semidirecto Cuenca-Madrid con una Mikado al frente esperando la llegada del "zaragoza" procedente de Villacañas.

Todo el mundo lo conocía por ese nombre si bien su llegada oficial a la estación de Santa Cruz era a las nueve menos veinte. Era el primer tren del día, salía de Cuenca hacia las seis de la mañana y en el lenguaje de RENFE era nada menos que el “semidirecto” Cuenca-Madrid. Cuantas veces he imaginado, casi como el inicio de una epopeya, la salida de Cuenca en la oscura noche invernal con los vagones todavía casi helados arrastrados por una locomotora que había permanecido toda la noche encendida para asegurar su buen funcionamiento en esas profundas horas de la madrugada.

Ya a las ocho de la mañana aparecían por la estación los más madrugadores. Normalmente eran personas que no viajaban pero que querían participar en ese ambiente que se iba creando poco a poco en la estación y que por unos pocos minutos se convertía en el lugar de reunión de las fuerzas vivas del pueblo. Sobre las ocho y cuarto u ocho y veinte llegaba la “Raspa”, aquella vieja camioneta Chevrolet verde que transportaba con no pocas dificultades a las personas que subían desde la Plaza. También llegaba algún que otro “600” y algún carro o carretín. En el andén de la estación y en el vestíbulo del edificio estaban en animada charla gente del campo, maestros que iban a Toledo o a Ocaña, alguno de los curas y no solía faltar a la cita la pareja de la Guardia Civil. Una figura clave era Luis el ordinario que día a día recibía los encargos mas variopintos para Madrid y que volvía con ellos resueltos –y con las películas para el cine del tio Boni- en el último tren de la noche.

A las ocho y veinte todo el mundo estaba pendiente de la “salida”. Cuando el tren arrancaba de Tarancón el jefe de la estación de Santa Cruz tocaba la campanilla, señal inequívoca de que en veinte minutos llegaría el semidirecto. Entonces todo el ambiente se transformaba. Los viajeros corrían a comprar los billetes en la taquilla, algunos hombres sacaban su reloj de cadena del bolsillo y lo miraban con gesto complacido o displicente según si había retraso o no. El mozo guardagujas montaba en su bici y se iba hacia la casilla del cambio. Los mas rezagados llegaban corriendo tras haber oído la campanilla a lo lejos, muchos buscaban afanosamente al ordinario para los últimos encargos y un padre señalaba a su hijo el horizonte hacia aquel punto en que tendría ya que verse el penacho de humo de la locomotora a medio camino entre un pueblo y otro.

Al fin, el tren de las nueve aparecía por la curva del paso a nivel con su locomotora “Mikado” negra y reluciente a la cabeza. De pronto abandonaba en agujas la vía directa,  se desviaba hacia la del andén principal y por un momento parecía que se iba a echar encima de todos los que esperaban. Retomaba de nuevo su dirección y entraba, majestuosa, vaporosa y chirriante en la estación. En la cabina, acodados el maquinista y el fogonero manejando frenos y regulador, aparecían como los héroes de esa epopeya iniciada en Cuenca casi tres horas antes. Tras la máquina y el tender, los furgones de mercancías y de correos, tres o cuatro coches de tercera clase y uno de segunda. Estos coches eran siempre de madera y con frecuencia de “balconcillos” aunque a veces aparecían, o se mezclaban con ellos, los “verderones”, también  de madera, aunque forrados de chapa metálica verde y de pasillo lateral.

Todo eran carreras en ese momento. Algunos habían averiguado al paso del tren qué vagones iban mas vacíos y se dirigían a ellos, Luis el ordinario se encaminaba con su carricoche y su ayudante y con toda calma hacia su posición habitual; algunos niños tiraban de la manga de la chaqueta de  su padre porque querían subir en un vagón de los de balconcillos con unas ventanillas mucho mas bajas y asequibles. Llegaba corriendo algún rezagado que se montaba sin billete bajo la mirada amonestadora del jefe de estación que ya, con gorra y banderín rojos, se dirigía lentamente hacia la locomotora para dar la salida.

Y entonces se oía un  pitido agudo y apresurado a lo lejos. Era el “gorrinillo”. El “gorrinillo” era el apodo de un pequeño automotor tipo “Zaragoza” y que cubría dos veces al día en  trayecto de ida y vuelta la línea de Villacañas a Santa Cruz. El apodo le venía de sus dos motores en voladizo que recordaban vagamente la apariencia de un “gorrino”. Teóricamente el bueno de “el gorrinillo” debía de llegar un poco antes que el “semidirecto” con el que tenía que enlazar pero no eran pocas las veces que, bien por alifafes del viejo automotor o por retrasos en su trayecto por Lillo, Corral de Almaguer o Mudela, llegaba cuando aquel ya estaba en Santa Cruz. La aparición tardía del “gorrinillo” era algo que preocupaba a todos y a veces soliviantaba a algunos. Era el caso que, según los horarios oficiales, el “semidirecto” debía cruzarse en Villarrubia con el primer TALGO II Madrid-Valencia, pero la cosa andaba tan justa, tan justa, que a poco que el “semidirecto” se retrasara o bien lo hiciera el “gorrinillo”, el cruce había que hacerlo en Santa Cruz. Entonces la llegada a Madrid también se retrasaba o el enlace en Aranjuez con el tren “turista”, que iba de Madrid a Toledo, se ponía complicado. Ello explica el enfado que suscitaba entre los viajeros el retraso del “gorrinillo”, el oteo contínuo del horizonte hasta verle aparecer o el aspecto compungido de los viajeros que venian en él mientras esperaban que bajaran sus bultos de la baca sintiéndose blanco de las miradas de los arrogantes viajeros del “semidirecto”.

Pero tal circunstancia se convertía en un espectáculo de excepción para alguien que amara los trenes cuando al final aparecía el Talgo. En la vía del andén principal estaba el “semidirecto” con su “Mikado” a la cabeza haciendo vapor y resoplando como un animal enjaulado; por la vía directa imponente, plateado y ligero pasaba raudo el Talgo haciendo sonar su majestuosa sirena –quizás el mas bello sonido del ferrocarril español- y al otro lado del andén secundario descansaba el humilde “gorrinillo” recuperándose de su ajetreada carrera.

Se alejaba presuroso el Talgo hacia Tarancón, arrancaba patinando, resoplando y chirriando la “Mikado” hacia Villarrubia y cuando el último vagón dejaba ya libre el andén algunos chavales buscaban las “perras” que habían puesto sobre los carriles y que aparecían deformadas con apariencias inverosímiles. El “gorrinillo”, ahora ya con toda tranquilidad, con su otro motor en marcha, esperaba el fin de la charla entre su maquinista y el jefe de la estación que iba a darle la salida. Sonaba el pitido del jefe, bramaba la bocina del automotor, entraba la primera y el motor rugía mientras aceleraba, después la segunda…y luego quizás, allá a lo lejos, la tercera. La estación se quedaba toda en silencio. 

viernes, 4 de octubre de 2013

Las japonesas "asturianas" (RENFE 251-001 a 030)

Entrada revisada y ampliada en febrero de 2015


En la entrada dedicada a las "alemanas" de la serie 250, me referí al concurso convocado por RENFE a mediados de los 70 para la disposición de un conjunto de locomotoras de gran potencia, y como fue resuelto mediante la compra de una serie de locomotoras alemanas -las 250- y otra de locomotoras japonesas, la 251. Mientras la solución alemana basada en bogies monomotores y birreductores de tres ejes era muy compleja y con problemas ya desde su puesta a punto, la japonesa, basada en la amplia experiencia de bogies de dos ejes utilizada en todas las series 279, 289 y 269 y dotadas de equipos electrónicos de potencia, destacó claramente desde el principio por su eficacia y rendimiento. Además, la posible dificultad que podía provenir de un rodaje de tres bogies fue perfectamente solventado gracias a un buen diseño funcional del bogie central. De algún modo se puede considerar que las 251 fueron una evolución lógica de las 269 hacia mayores pesos y potencias llegándose incluso a decir que una 251 era una 269 y media. En concreto su gran peso de 138 toneladas le brindaba una cierta ventaja a las 250 en adherencia y esfuerzo de tracción, si bien, a velocidad máxima, el esfuerzo de tracción de las 250 era mayor. Quizás todo ello llevó a que, si bien en principio, se había pensado en asignar la serie 250 a la línea Gijón-León, fuera al final la 251 la elegida. 

Las dos primeras locomotoras de esta serie fueron construidas por Mitubishi en Japón. Llegaron al puerto de Barcelona en mayo de 1981, siendo trasladadas desde allí a la factoría de CAF en Beasaín para su montaje final. 


Llegada y montaje preliminar de la 251-001 en el puerto de Barcelona (Foto J. Miquel)

El resto de la serie -hasta un total de 30- fue construida en España bajo licencia por CAF (18) y MACOSA (10). Los equipos eléctricos fueron fabricados por Westinghouse bajo licencia MELCO. CAF acabó de entregar todas sus locomotoras en mayo del 83 mientras que MACOSA entregó la última en marzo del 84. 


La 251-005 recién salida de la nave de montaje de CAF en Beasaín (Foto: CAF)

Ya en el verano de 1982 comenzaron las pruebas en Asturias y León, y en octubre de ese año la serie ya fue asignada al depósito de Oviedo. Desde aquellos momentos su ocupación principal ha sido el remolque de pesados trenes de mercancías en toda la zona del noroeste peninsular, si bien desde hace bastantes años son titulares del tren español de mercancías de mayor recorrido, entre Avilés y Sagunto. Solo en contadas ocasiones han estado a la cabeza de algunos trenes de viajeros entre Asturias y Madrid, como vamos a ver.

A diferencia de las 250, que nunca me gustaron mucho, el estilo de las 251, de estas japonesas-asturianas,  ha sido siempre mi preferido entre todas las locomotoras eléctricas españolas. Esa especie de aire de "pagoda oriental" que tenía su testero cuando todavía consevaba sus aletas transversales centrales me encantaba. Lástima que los problemas de corrosión hayan llevado a eliminarlas dejándolas una apariencia bastante menos atractiva. 

Mis primeras fotos de ellas se remontan a la primera mitad de los años 80 cuando, durante un tiempo, fueron titulares del expreso Costa Verde. Impresionantes sus entradas matinales en la estación de Chamartín de Madrid aunque el sol rasante de esas horas fastidiaba un poco las tomas. Incluso tengo la sensación, o no se si lo he soñado, de haberlas visto alguna vez en la cabeza del talgo pendular Madrid-Gijón.


Una 251 sin identificar entra en Chamartín en cabeza del Costa Verde. Era junio de 1983 (Foto: Ángel Rivera)

 Después, durante mis veraneos en Asturias, no dejaba de aprovechar cualquier ocasión para fotografiarlas. Tampoco paré hasta conseguir fotografiar juntas a una 7700 y una 251, las "reinas del Pajares" -sin olvidarnos de las antiguas 6000- juntas!


En agosto del 85 logré en Oviedo mi primera foto de una 251 junto a una 277


En agosto del 87, también en Oviedo, fotografié a la 251-014
Un plano más cercano de la 251-014. La dichosa corrosión enpezaba ya a actuar y, con el tiempo, acabaría obligando a modificar -y a estropear- el atractivo frontal. 



La 020 junto a dos 277. Oviedo, agosto del 87 (Foto: Ángel Rivera)

La 251-023 en Medina del Campo. Junio del 88


En agosto del 89, la 010 por Villabona de Asturias


251-021 en Oviedo. Agosto del 89


251-030, la última de la serie, en Oviedo. Agosto del 89



251-011 en Oviedo. Agosto del 90

251-025 en Oviedo. Agosto del 90. ¿No tiene aire oriental ese frontal...o me lo parece a mí? ¡Lástima de corrosión!

A principios de los 90 toda la serie fue asignada a la recién creada Unidad de Negocio de Tracción. Fue entonces cuando empezó el dichoso cambio de librea. Lo llevé fatal. Ese negro y amarillo creo que nunca favoreció a ninguna locomotora, pero desde luego, menos que a ninguna, a las talgas 352 y, por supuesto, a las 251. Creo que, del enfado, no llegué a fotografiar a éstas bajo esa librea...así que, para visualizarla aquí, tengo que echar mano de una imagen prestada:


La 251-003 en Mataporquera en agosto de 2003 (Foto: Jean Pierre Vergez)
 En 1994 toda la serie pasó a la Unidad de Negocio de Cargas y la única modificación externa fue la colocación de un logotipo lateral. Años después, Cargas se fusionó  con Transporte Combinado dando lugar a RENFE Mercancías, una de las sociedades de RENFE Operadora y cuya librea creo que ya han adoptado hasta ahora algo más de la mitad de las unidades. No es tan fea como la amarillo-negra pero, dado el poco interés de RENFE por mantener limpias sus locomotoras, la suciedad destaca mucho más. A este respecto no hay más remedio que señalar la penosa imagen exterior que presentan muchas locomotoras de la serie.



No sé el tiempo de vida que les queda a las 251; espero que algunos años más. A la serie sólo le faltan dos unidades: La 001, dada de baja tras un accidente en Galicia en 1995, estuvo varios años en el TCR de Villaverde, hasta ser finalmente desguazada. Por su parte, la 009 fue también desguazada tras el desgraciado accidente de Arévalo en 2010.

Es un gusto que la 004 mantenga su librea original tras la solicitud que hizo a RENFE la Asociación Don Pelayo de Gijón. 


La 004 en Golpejar de la Tercia en el 2014 (Foto: Makinerinbalak/Forotrenes)
Esperemos que la conserve y que, en estado de marcha, pase en su momento a integrar los fondos del Museo Nacional Ferroviario. Y no estaría mal que la acompañara en esa última aventura alguna otra hermana. Eso y más merecen estas magníficas locomotoras, "pura raza" del ferrocarril español.

FUENTES CONSULTADAS

J.R.I: Las locomotoras eléctricas serie 251. CARRIL, nº 8. Junio 1984

Listadotren

Forotrenes

domingo, 29 de septiembre de 2013

Las eficientes y atareadas 303 (RENFE 303-001 a 303-202)



Entrada revisada y ampliada en febrero de 2015


Las 303 nacieron a principios de los 50 a partir de la decisión de RENFE de sustituir paulatinamente a las viejas locomotoras de vapor 030 y 040 que se ocupaban de las maniobras en las principales estaciones de la red por locomotoras diesel. En principio se encargaron 20 a las empresas Sulzer (la mayoría de los motores diesel), Maquinista Terrestre y Marítima MTM) y Babcock&Wilcox (B&W), si bien los generadores y motores eléctricos procedían de Crompton-Parkinson y los aparatos eléctricos de Oerlikon. Fueron las 10301 a 10320. 


Montaje de una 303 de la primera serie. Puede apreciarse el motor Sulzer y el generador eléctrico (Documento CARRIL)
La 10301 recién salida de la factoría MTM (Documento CARRIL)

La primera de ellas empezó a prestar servicio en agosto de 1953 y la última en 1956. Años más tarde, RENFE apostó por encargar a las mismas empresas -aunque en este caso los generadores y motores eléctricos fueron Brown&Boveri- nada menos que otras 182 locomotoras del mismo tipo. Fueron las 10321-10400, 11301-11400 y 12301-12302 o, en numeración UIC, 303-021 a 303-202. La última de ellas fue entregada en 1966. 

Las 303 eran locomotoras diesel-eléctricas de tres ejes acoplados, con una potencia unihoraria de 320 CV y una velocidad máxima de 45 km/h. Las primeras 20, casi todavía prototipos, fueron asignadas a Madrid-Atocha, Barcelona y Valencia y una vez se iban recibiendo las de la segunda serie fueron extendiéndose por todas las zonas, excepto Cataluña. 


Aunque la tarea principal de las 303 eran las maniobras en estaciones, la fragilidad de la línea de La Fregeneda a Barca d´Alva obligaba a utilizar locomotoras ligeras para los trenes de mercancías. En esta foto la 043 en la estación de Barca d´Alva en julio de 1973 (Foto: Josep Miquel)
También la fragilidad del puente internacional sobre el Miño hacía que el ómnibus Guillarey-Tuy-Valença do Minho se hiciera con una 303. Fue quizás el único servicio regular de viajeros que se realizó con estas locomotoras.

Cuando todavía no se había completado la entrega de toda la serie 303, RENFE convocó en 1964 un concurso internacional para adquirir otras 30 locomotoras de maniobras pero ya con potencias entre 350 y 550 CV. Fue ganado por la MTM con un proyecto parecido al de la 303 pero con un motor más potente -400 CV- y una estructura más simplificada para abaratar costes. Posteriormente, en 1968, el pedido se amplió en 23 unidades más. Todas ellas constituyeron la nueva serie 10401-10453 o 304-001 a 304-053.


En esta foto de la 304-013 puede apreciarse entre otros detalles el distinto diseño de cabina (Foto: J. Gutierrez/RENFE hO)

Mis primeros recuerdos de estas locomotoras de maniobras -porque me resisto a llamarlas "tractores"- proviene de la estación de Atocha a finales de los 50 y primeros 60. Iba con frecuencia a Madrid desde el pueblo donde vivía en el semidirecto Cuenca-Madrid y cuando llegaba a la zona de Villaverde y Santa Catalina no me despegaba de la ventanilla para no perder detalle de la inmensa variedad de material móvil que pululaba por allí. Grandes y pequeñas locomotoras de vapor, algunos automotores y TAFs, coches de viajeros metálicos y de madera, todo tipo de vagones de mercancías...y por allí andaban siempre yendo y viniendo las 303 con su característica librea verde y amarilla. Las veía muy atareadas y ágiles yendo y trayendo todo tipo de composiciones y compitiendo, con ventaja desde luego, con antiguas locomotoras de vapor 030 o 040 encargadas de esos mismos menesteres, pero mucho más lentas y aparatosas. A veces el semidirecto se detenía unos minutos en la zona hasta que le daban vía libre para entrar en la estación. Lo que para la mayoría de los viajeros suponía un trastorno para mí era una bendición ya que me permitía disfrutar mucho más de todos esos movimientos. Una vez en la estación siempre había dos o tres de ellas dispuestas a arrastrar las composiciones que acababan de llegar para dejar rápidamente libre la vía correspondiente y que la locomotora titular pudiera dirigirse al depósito. Esa fue mi primera fotografía de las 303 aunque obtenida a mediados de los 70, es decir, unos 15 a 20 años después de mis primeros  contactos con ellas.


Una 303 junto a una 305 en Madrid-Atocha a finales de los 70. Al fondo una UT 600 suiza (Foto:Ángel Rivera)
En mis siguientes excursiones fotográficas no buscaba específicamente a las 303...pero como  casi siempre estaban presentes también las fotografiaba. Aquí sigue una selección de ellas.

Uno de mis primeros viajes "ferroviarios" fue a Cuenca a mediados de los 70. Quería visitar las locomotoras de vapor guardadas en su cocherón...pero por allí andaba la 303-004....que fotografié haciendo compañía a un ferrobús que debería estar a punto de partir hacia Madrid. 

La 303-004 en Cuenca a mediados de los 70. Según Listadotren se conserva en el patio del antiguo Colegio de Huérfanos Ferroviarios (Foto: Ángel Rivera)

La 303-028 apareció en Alcázar de San Juan junto a los retirados talguillos, a los que me referí en una entrada anterior del blog; uno de ellos aparece al fondo de la imagen. Era en los finales de los 70. 


La 303-028 en Alcázar de San Juan a finales de los 70. Al fondo un talguillo. (Foto: Ángel Rivera)

En junio del 81 fotografié en Vigo a la 303-138, con parte de su capot abierto:


La 038 en Vigo en junio de 1981 (Foto: Ángel Rivera)

En enero de 1982, de nuevo en Atocha, fotografié a la última de las 303, la 12202 o 303-202:


La 303-202 en Atocha el 5 de enero de 1982. Fue desguazada aunque ignoro la fecha (Foto: Ángel Rivera)

Ya en 1987 encontré en Aranjuez a las 018 y 023: la primera fabricada por Babcock&Wilcox y la segunda por la Maquinista; ambas están desguazadas. La fotografía es bastante regular pero permite apreciar de forma simultánea el frontal y la trasera de estas locomotoras.


La 018 y la 023 en Aranjuez en 1987 (Foto: Ángel Rivera)

En junio del 87 encontré en Oviedo a la 303-155, junto con otra 303 no identificada:
La 155 en Oviedo. Año 1987 (Foto: Ángel Rivera)

Y allí mismo, en Oviedo, tres años después, en agosto del 90, a la 303-165

La 165 en Oviedo. Agosto de 1990 (Foto: Ángel Rivera)

Y de nuevo, en julio del 92, diez años después de fotografiarla en Atocha, me topé de nuevo con la 202, esta vez en Cuenca. La vieja dama estaba flanqueada por dos insignes caballeros:

La 202 entre el TER 597-048, ya con los colores de Regionales, y otro 597 al que no se le puede ver la matrícula completa pero todavía, afortunadamente, con su librea original. Supongo que estaban asignados a los servicios Rio Huecar con Madrid y Rio Riánsares con Toledo.

Si bien la gran mayoría de las 303 fueron desguazadas, es una alegría comprobar a través del eficiente y útil Listadotren que todavía permanecen en rotondas, exposiciones, o incluso en operación en algunos talleres o empresas, nada menos que 21 de las 303 y tres o cuatro de las 304. Una de ellas, la 303-021 aparece magníficamente cuidada en el Museo del Ferrocarril de Aranda de Duero que, con tan pocos recursos, tan magnífica labor hace. Sirva esta foto para la despedida cariñosa a las 303 y con la esperanza de que la FFE se preocupe porque permanezcan preservadas y operativas algunos de estos ejemplares que tanto significaron en el ferrocarril español.

La 303-021 en el Museo de Aranda de Duero en el 2014 (Foto: Ángel Rivera)
                                     


FUENTES CONSULTADAS:

Prieto y Tur, Lluis: Locomotoras de maniobras de RENFE. CARRIL, nº 34. 1991

viernes, 27 de septiembre de 2013

Los tesoros de Cuenca (y II)

Entrada revisada en febrero de 2015

La primera parte de esta entrada finalizaba cuando estaba a la espera de obtener permiso para entrar en el cocherón de Cuenca. Pues bien, tras obtenerlo, entré en el mismo y me fui antes que nada a ver a que locomotora correspondía el tender que sobresalía hacia el exterior en la vía de más a la derecha según entraba. 





Pues era nada más ni nada menos que la 030-2107 El Alagón, aquella veterana de la Compañía del Norte construida en 1868 que ahora se encuentra, toda bruñida y reluciente, en el Museo del Ferrocarril de Madrid. 



Placa identificadora


Tender de El Alagón

Frontal de El Alagón


A continuación de ella, en la misma vía, aparecía otra locomotora, mas grande y moderna, que dejé para después; de momento me interesaban las más veteranas.

 En la vía contigua, encontré como esperaba, de acuerdo con el libro de Ransome, a la 030-2264 con sus típicos cilindros exteriores y de línea muy clásica:


Cabima



Fue construida por Schneider en 1861 para MZA y ahora creo que se encuentra, espero que aceptablemente conservada, en un parque de Arévalo. Curiosamente esta locomotora fue reproducida en escala HO por la firma MABAR.


Otra vista de la 030-2264

Frontal de la 030-2264

Cabina

Tras la 030 estaba otra locomotora de recia personalidad, la 040-2091 El Cinca., también felizmente preservada en el Museo Nacional Ferroviario.  Fue construida en por Schneider en 1863 para la Compañía del Norte trabajando casi todo el tiempo en la línea Madrid-Irún.
 Curiosamente el tender que tenía allí, en Cuenca, era el correspondiente a la 040-2095 y por supuesto de dos ejes, no de cuatro, como creo que por error aparecía en el libro. 




040-2091, El Cinca. Esta serie siempre destacó por su gran domo de vapor

Otra vista de El Cinca


Frontal

Cabina

A continuación, y en la misma vía, aparecieron dos sorpresas para mi. La primera fue encontrar allí a la 120-0201, de la que no había noticia en mi libro-guía por haber llegado quizás posteriormente. Esta locomotora, construida en 1871, perteneció a la compañia TBF y pasó a MZA cuando ésta absorbió a la anterior. 


120-0201
La 120-0201 está preservada en el MNF en su sede de Delicias, mientras que su hermana gemela, la 120-0202, a la que ya dediqué una entrada en este blog, tras muchos años expuesta en un pedestal en la Universidad Autónoma de Madrid, fue recuperada por el CEHFE y puesta en estado de marcha por los talleres de ARMF en Lleida. Tras un par de anuncios fallidos de dar tracción al tren histórico recién y felizmente recuperado, sigue y sigue esperando el porvenir en Lleida.

Y la segunda sorpresa, tampoco reseñada, la recibí al aparecer el tractor diesel 10201, el primero de la primera serie que se construyó en España, con su característico color verde dejándose ver a través de una gruesa capa de polvo. 





Fue construido, junto a su gemelo 10202 en 1935 por la MTM de Barcelona para la compañía MZA. Tras prestar servicio como tren blindado durante la guerra volvió a trabajar en Madrid hasta 1966. De algún modo sirvió como prototipo para la construcción, muchos años después, de los famosos pegasines, también tratados en esta otra entrada

Cabina del 10201

Trasera del 10201
Llegaba ahora el momento de contemplar a las locomotoras de "nueva generación" situadas en la vía de más a la izquierda y, como dije antes, tras El Alagón. No eran dos, como se deducía del libro de Ransome, sino tres. En efecto, cuando en una primera ojeada vi una 240 y una 241, supuse que se trataba de la 241-2001 y de la 240-4001. 


A la izquierda, la 240-3001 y a la derecha la 241-2001
Sin embargo, al verlas mas de cerca, me di cuenta de que no se trataba de la 240-4001 sino de la 240-3001, la que, según mis informes, se encontraba almacenada en Ponferrada. Reparé entonces que la 4001 era la que estaba en la primera vía, tras El Alagón

Comencé fotografiando a mi querida 1700. La 241-2001 fue la primera de la serie de Montañas de la serie de 1700 que MTM construyó para MZA en 1928. 
El esplendor de la 1700
La fotografiaba casi  en estado de éxtasis recordando cuando todos los días la veía pasar a ella y a sus compañeras por la línea de Madrid a Cuenca remolcando ya trenes mixtos, casi nunca correos, ellas, que habían sido el orgullo de MZA. 


Otra vista de la 1700



Su elegantísimo frontal

Cabina

Sigo esperando el momento, si llega alguna vez, de verla otra vez en marcha tras su larguísima estancia en los Talleres Celada de León.

Fotografié después a la 240-3001. Aquella primera "inglesa" de tres cilindros en "alta" de la serie que Norte dedicó a las líneas de Ávila y Segovia y que, debido quizás a sus dificultades de mantenimiento, fue poco a poco relegada por RENFE siendo definitivamente apartadas a mediados de los 60. Ahora se encuentra en la sede de Delicias del MNF
La 240-3001 con su característico hogar y cabina
Detalle de uno de los cilindros exteriores

Detalle del rodaje

Cabina

Frontal



Mis últimas fotos fueron para la 240-4001. La imagen era dolorosa. La máquina estaba llena de polvo y rodeada de cascotes:




Era un símbolo -al menos aparente- de olvido y abandono. 


Vista lateral de la 240-4001

Otra vista de la 4001

Cabina

Menos mal que esta máquina, la primera de este rodaje para servicios de pasajeros en Europa, dotada además del sistema compound, está también felizmente preservada en el MNF.

Había acabado mi visita al viejo cocherón de Cuenca. Volvi a la estación...y a la realidad. Un tractor de la serie 303 y un ferrobús me esperaban en los andenes. Los fotografié también casi con avaricia. Eran los trenes normales en aquel momento pero sabía que, antes o después, estaría también recordándolos y añorándolos.