domingo, 1 de octubre de 2017

Crónicas de la vía estrecha (XXXII R): El VAY y el ingenio de los Ybern (y II): los autovías



En una entrada anterior dedicada al ferrocarril de Villena a Alcoy y Yecla (V.A.Y.) me referí al gran esfuerzo -e ingenio- desarrollado por el director de la línea, Miguel Ybern, para asumir, a principios de los años treinta del siglo pasado, el durísimo reto de la carretera. Su opción fue la fabricación en los talleres de la compañía en Villena, entre 1931 y 1948, de nada menos que once autovías artesanales, que permitieron atender el servicio de viajeros en sus líneas, así como en la de Alcoy a Gandía, cuya explotación asumió a principios de los años sesenta. 

Estos vehículos desarrollaron dignamente su dura tarea gracias al cuidadoso mantenimiento y a las numerosas reformas efectuadas en ellos por los talleres de la compañía. Cuando FEVE cerró la línea varios de ellos fueron enviados al Ferrocarril de La Robla y algún otro al Ferrocarril de Alicante a Denia. Una vez más -otro error más- ninguno de ellos fue conservado en lo que podría haber sido un homenaje a la iniciativa de los Ybern y la contribución al mantenimiento de un recuerdo muy querido por las gentes de las comarcas de Alcoy, Villena y del altiplano murciano. 

Un típico autovía Ybern en la localidad de Benejama (foto: Ch. Firminger)

a) Los inicios

Todo comenzó cuando, en el año 1930, Ybern registró la patente de un sistema de "chasis vagón para la conducción y servicio de toda clase de vehículos a motor destinados a carretera para su fácil conducción por ferrocarril". Se trataba de montar un chasis y carrocería de automóvil con su suspensión sobre un bastidor ferroviario  sustituyendo sus ruedas motoras por un conjunto de engranajes y cadenas que transmitirían la fuerza del motor a uno de los ejes del citado bastidor. Las pruebas se realizaron con un bastidor de la compañía y un automóvil Studebaker y parece que tuvieron éxito. La idea de Ybern era disponer de vehículos de este tipo en sustitución de trenes de elevado coste para servicios especiales o tipo "taxi". Si bien este vehículo "híbrido" no llegó a funcionar nunca en explotación comercial ni tuvo una descendencia directa, sí sirvió para que el VAY conociera mejor los puntos débiles -en especial las transmisiones- de un diseño de este tipo y, por otra parte, se lanzara a dar el paso a la construcción artesanal de autovías.



Un anuncio de los autovías Ibern (o Ybern) hacia 1935



b) Los 10, 11 y 12

Los tres primeros autovías fueron construidos en 1931. Constaban de  una caja más o menos rectangular montada sobre un chasis con un motor de gasolina y funcionando según el diseño anteriormente descrito. Al interior del vehículo se accedía por puertas laterales plegables.  El tercer autovía se diferenciaba de los dos primeros en que llevaba un balconcillo en su parte trasera, balconcillo que, con el tiempo, le fue suprimido.

Recibieron la numeración 10, 11 y 12 (aunque no lo sé, se me ocurre pensar si los números del 1 al 9 pudieran haber sido reservados para los pequeños autovías tipo "taxi" a que antes me refería, y que no llegaron a hacerse realidad). Sus motores eran de gasolina de distintas marcas y procedencias. La transmisión original era por cadenas, pero tanto el 11 como el 12 recibieron posteriormente la transmisión por sistema Mylius.

El nº 10 iba pintado en color verde y probablemente no tuvo una gran actividad como tal autovía ya que fue transformado en remolque al finalizar la guerra civil:

 
La familia Ybern retratada con el autovía nº 10, probablemente recién construido (autor desconocido)

El número 11 tenía al principio un motor de unos 25 CV. Tras la guerra funcionó con gasógeno y posteriormente recibió un motor BarreirosPodía transportar a 26 viajeros de pie y diez sentados y como todos los vehículos VAY no disponía de lavabo-retrete, algo que daba lugar a curiosas anécdotas...y a algunos problemas. Tras cerrarse el VAY, FEVE lo envió a la línea de Alicante y Denia. Después fue trasladado a la de La Robla y acabó desguazado en la localidad burgalesa de Arija (o quizás en Balmaseda)


El autovía nº 11, en su origen similar al 10, pero estaba ya muy transformado en los años sesenta.  En esta foto aparece fotografiado en Alicante en marzo de 1967 (autor desconocido/tomada del libro "Automotores españoles")


El VAY 11, ya evidentemente retirado en la estación de La Marina de Alicante (foto: Pedro González Esquerdo)


El VAY 11 -luego FR 11- a la espera de su desguace en febrero de 1978 (foto: Javier Fernández)

El 12 perdió su balconcillo original y acabó con un aspecto muy parecido al 11 y con un número de plazas similar. Su primer motor fue un 3HC y tras funcionar con gasógeno unos años recibió también un motor Barreiros. Fue trasladado a La Robla donde funcionó un tiempo como dresina de Vías y Obras y fue desguazado en Balmaseda.

                                   


El VAY 12 en la estación de Cieza en 1965, a punto ya de ser suprimido el servicio (Trevor Rowe)

El 12 fotografiado en el depósito de Denia (autor desconocido)


Otra imagen del 12 también en Denia (Pedro González Esquerdo)


El 12 esperando su desguace en La Casilla (FC de La Robla) junto a una locomotora Creusot (Joseba Etxebarrieta)

c) El 13

El autovía 13 procedía de un anterior, numerado como 20, y al que más adelante me refiero. Estaba preparado para el transporte de animales y resultó muy dañado en un accidente. Fue recarrozado en caja de madera y se le respetaron los bogies originales, quedando un vehículo bastante grande con una capacidad para 34 viajeros sentados y 49 de pie. En una reforma posterior, ya en 1964, se le cambió el bogie delantero por un eje fijo, se sustituyó la transmisión por cadenas por una Mylius y se le dotó de un motor Barreiros de 170 CV. Además se le metalizó y se le dotó de un asiento corrido a lo largo de toda la caja. Fue la última gran reconstrucción llevada a cabo por el VAY. También pasó al Ferrocarril de La Robla y también fue desguazado en Balmaseda.


El "nuevo" nº 13 fue el último automotor construido -o reconstruido- por el VAY (Ybern)

El nº 13 en 1962. Puede haber algún problema de datación con esta foto ya que el automotor aparece reformado y parece ser que esa reforma se llevó a cabo en 1964 (L.G. Marshall)


El mismo 13 en Gayanes, en dirección hacia Gandía en 1968 (Manuel González Márquez)

d) Los 14 y 15

Los autovías 14 y 15 eran muy parecidos entre sí. Construidos en 1932 tenían una capacidad para 26 viajeros de pie y 10 sentados. La transmisión original era por cadenas, sustituidas después por una Mylius. El 14 llevaba de origen un motor Deutz-Otto sustituido posteriormente por un Barreiros de 83 CV, si bien en los años de posguerra tuvo que utilizar un gasógeno. Este autovía tuvo el triste honor de prestar el último servicio del VAY cubriendo un servicio vespertino entre Villena, Yecla y Jumilla.

El 14 estacionado en Villena en enero de 1965 (J. Wiseman)



    El 14 en la placa junto al JY 2 del que luego se trata (Foto BVA/a través de Jerónimo Lázaro Milán)

Por su parte, el 15 parece que tuvo varios cambios de motor. El de origen era un Chevrolet, luego sustituido por un Deutz-Otto, después por un ZIF y finalmente por un Barreiros. Al igual que el 14 tuvo que utilizar gasógeno en los primeros años de la posguerra.  Ambos acabaron en el Ferrocarril de La Robla como dresinas y fueron desguazados, al menos el 14, en Balmaseda.


El 15, probablemente en su versión original dado que la imagen está tomada en 1940. Ya ese año funcionaba con gasógeno. Los rótulos están claramente retocados (autor desconocido/del libro "Automotores españoles")

e) El 16

Fue construido en 1933, numerado en principio como 21 y destinado exclusivamente al transporte de mercancías (aunque no tengo constancia documental de ello, da la impresión de que la decena de "los veinte" fue destinada por el V.A.Y. para los autovías construidos para ese fin). Era un vehículo de bogies y transmisión por cadenas. Apartado desde los años cuarenta, a principios de los sesenta sufrió algunas transformaciones para servir como autovía de viajeros, con el fin de atender al creciente tráfico en la línea Alcoy-Gandía servida en sus últimos tiempos por el VAY . Se sustituyó el primer bogie por un eje, recibió una transmisión Mylius y un motor Barreiros. La nueva caja era metalizada y en su interior se dispuso de un banco corrido con capacidad para 34 pasajeros. Así mismo se dispuso una barra central con agarradores para 16 viajeros de pie. Al cierre del VAY debió pasar al Ferrocarril Alicante-Denia y acabó siendo desguazado en esta última población. 


El 3 de mayo de 1963 Jeremy Wiseman captó esta imagen del 16 en las cercanías de Muro dirigiéndose probablemente hacia Villena. Como puede apreciarse por la estructura lateral, no había recibido todavía la caja metálica, lo que ocurriría al año siguiente.

           El 16 en Villena con dos remolques (autor desconocido/ a través de Jerónimo Lázaro Milán)

        De nuevo el 16 en Villena y al fondo, a la izquierda, el 12 (Ch. Firminger)


                                                 
...Y en El Grao de Gandía (J. Wiseman)


f) El 17

Aunque montado en Villena, el autovía 17 fue fabricado en Berlín en 1935 por la factoría Deutsche Gertriebe GmbH a solicitud del VAY. La  empresa quería conocer a fondo la tecnología ferroviaria alemana para aplicarla en la medida de lo posible a sus propios desarrollos. Se trataba en este caso de un autovía muy ferroviario. Contaba de origen con dos motores diésel Deutz de 50 CV y dos cabinas de conducción, cuatro velocidades y cambio de marcha por aire comprimido y transmisión Mylius. Su capacidad era de cincuenta viajeros sentados y diez de pie. Tuvo un comportamiento eficiente durante la posguerra a pesar de su intensa explotación y de la falta o escasez de repuestos. Fue profundamente reformado en 1958 y se le suprimió un motor, una cabina de conducción y el sistema de accionamiento por aire comprimido. 


                               


En 1964 Toddt fotografió  al 17 en la estación de Villena. Casi con treinta años de antigüedad, duro servicio e importante reforma, seguía luciendo una imagen muy ferroviaria.


                                                  ... Y en ruta hacia Villena (Toddt)


                                      El 17 en Bocairent en 1969 (Antonio Castelló)


Al cierre del ferrocarril pasó al Alicante-Denia donde, unido por un testero con el autovía 20, trabajó como dresina de Vías y Obras. 

El 17 unido al 20 en la estación de La Marina de Alicante (archivo Manuel González Márquez)

Otra imagen del 17 en Alicante La Marina. Al fondo probablemente el 20 (GMT/colección de César Mohedas)

Fue salvado del desguace por un coleccionista y trasladado a un solar de Alcázar de San Juan a la espera probablemente de la apertura de un Museo del Transporte en la Comunidad Valenciana. 


El 17 en Alcázar de San Juan en 1988 "esperando el porvenir" (M. Serrano)


Aunque la imagen es de mala calidad tiene gran valor testimonial al ver al 17 con la librea azul de FEVE. Está tomada también en Alcázar de San Juan (J. Aranguren)

Lamentablemente un extraño incendio lo destruyó hace pocos años, con lo que se perdió uno de los mejores recuerdos que nos podía haber quedado del VAY.

El 17 tras el incendio en Alcázar (autor desconocido)

g) El 18

Al igual que el 16, el 18 era un anterior autovía para mercancías construido en 1933 con el número 22

El 18  hace parada en Alfarara, en 1967 (foto: Rochaix)



                             Con una composición especial en Las Virtudes (J. Ibañez)


El 18 en Gandía en 1968 (Jordi Casaponsa)



El 18 en Gandía, en 1969. El lateral con listones de madera delata su origen como autovía de mercancías.  (autor desconocido/a través de J. A. Pacheco/Forotrenes)

Su motor original era un Isotta Francini, tenía dos bogies y la transmisión era por cadenas. Fue retirado tras la guerra. Fue también reformado en 1963 para atender al servicio de Villena a Gandía. Se suprimió el bogie delantero sustituyéndolo por un eje y montando una transmisión Mylius. También se le dotó de un motor Barreiros. Al cierre de la línea pasó a la línea de Alicante a Denia siendo desguazado allí. 

h) Los 19 y 20

Los autovías 19 y 20 eran dos vehículos prácticamente iguales construidos en Villena en 1948 siguiendo en la mayor medida de lo posible el diseño y soluciones técnicas del alemán 17. Originalmente llevaban un motor Issota, cambiado posteriormente a Pegaso y montaban -ya de origen- la transmisión Mylius. Su caja era metálica y su capacidad de 34 plazas sentadas y 16 de pie (25 en el 20). En un principio llevaban las iniciales J.Y. en vez de las normales del V.A.Y. y fueron los JY 1 y JY 2. Da la impresión de que eran unos vehículos hasta cierto punto experimentales impulsados por Juan (o Julio) Ybern en el marco de la saga familiar.



El JY-2, futuro V.A.Y. 20 estacionado en Alcoy en 1958. Este autovía y su gemelo, el JY-1, llevaban la librea en plata y rojo (foto: J.Wiseman)





Uno de los JY estacionado en Villena junto a la locomotora nº 9 en 1961 (foto: Ch. Firminger)


Parece que estuvieron circulando un tiempo sin los permisos oficiales hasta que el accidente de uno de ellos obligó a que los dos fueran legalizados convirtiéndose entonces en los VAY 19 y 20. El 19 fue desguazado en Denia.

El 19 y una de las locomotoras Hartmann esperando el desguace (Juan M. Lázaro Milán)

Por su parte,  el 20 pasó al departamento de Vías y Obras del Ferrocarril de Alicante a Denia y pintado en azul FEVE. Trabajó unido al 17 y cuando fue dado de baja, lo adquirió un comprador particular (probablemente el mismo que adquirió el 17). Durante mucho tiempo se conservó su cabina y creo que se encuentra en proceso de preservación. 

                                La cabina preservada del 20 (Manuel González Márquez)

Como apuntaba más arriba, conviene recordar que existió un primitivo autovía 20 construido en 1932 para el transporte de ganado  que resultó muy dañado en un accidente. Fue retirado y como hemos visto reformado como autovía de viajeros con el número 13.


En 1975 Pedro González Esquerdo todavía pudo tomar esta imagen del 17, unido al 20, desde un Billard saliendo de la estación de Alicante. Este es su propio comentario: "El último cocherón saliendo hacia Dènia de la estación de la Marina, en Alicante en 1975 y frente a ellos dos muy veteranos automotores de ejes del extinto VAY (ferrocarril entre Villena, Alcoi y Yecla y Cieza, vía Muro ,enlace a Gandía y posible a Dènia y Alicante) pintados en azul FEVE y destinados a posibles servicios de vía y obras en esta u otras líneas (Robla, Asturias?). Son los VAY 20 y 17, todos diferentes según construcción Ibern en talleres de Villena".

i) La evolución de los 21 y 22

Recordemos también que  los 21 y 22 construidos en 1932 como autovías de bogies para mercancías fueron posteriormente transformados en los autovías 16 y 18. Originalmente llevaban un motor diésel Deutz-Otto, transmisión por cadenas, bastidor metálico y caja de madera con una amplia puerta central deslizante.

j) Los remolques

Antes de finalizar la entrada hay que dedicar un breve recuerdo a los remolques para los autovías, que también tuvieron mucho protagonismo en la explotación del VAY. Unos fueron construidos expresamente como tales remolques mientras que otros procedían de la transformación de coches de viajeros y estaban incluso dotados de balconcillos. En cualquier caso eran muy "espartanos", con asientos corridos alrededor de la caja y ausencia de calefacción así como de comunicación directa con el autovía.

k) El final

Finalizo aquí esta serie de dos entradas dedicadas a la humilde pero original y emprendedora epopeya del VAY. Con muy pocas ayudas, la competencia de la carretera, ausencia de repuestos y muy poco capital tuvo que emplear al máximo el ingenio para sobrevivir. Ello no lo libró de las duras críticas de sus usuarios, que reclamaban un mejor servicio. Probablemente tenían razón pero sin embargo algo tuvo el VAY para seguir estando todavía muy presente en la memoria de alicantinos y murcianos. Lástima que, una vez más, hayamos perdido prácticamente su material. Nos queda la memoria, que conviene mantener.


(Ch. Firminger)


FUENTES CONSULTADAS:

Aranguren, J. (1992): Automotores españoles. Autoedición

Ferrer i Hermenegildo, V. (1998): Los trenes del esparto VAY-Sud de España Los autovías Ybern.

Forotrenes

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Las tracciones térmica y eléctrica en RENFE (XIV R): Los "zaragozas" salen a escena (I): Los Torralba a Soria y Central de Aragón (TS-1; A1 a A3/RENFE 9014 a 9016 y 9033)


1933

Los "zaragoza" empiezan su andadura en el Central de Aragón y el Torralba a Soria 


Mientras la Compañía del Norte continuaba a principio de los años treinta en su intento de sacar adelante su plan de electrificaciones, las pequeñas empresas ferroviarias seguían buscando desesperadamente la forma de reducir gastos de explotación sobre todo en líneas de escaso tráfico dada, entre otras razones, la dura competencia del transporte por carretera, la mayor conflictividad social y el poco apoyo estatal a sus problemas. Los pequeños automotores de dos ejes, primero de gasolina y luego diésel, se perfilaban como la solución ideal. También las grandes compañías llegaron a esa conclusión por razones parecidas y además para ofrecer a sus viajeros servicios más cómodos y rápidos con automotores de gran capacidad. De este modo, la década de los treinta supuso una  época muy activa en la adquisición y puesta en funcionamiento de automotores pequeños, medianos y grandes. La Guerra Civil paralizó parcialmente y retrasó algunos de los proyectos previstos, al igual que ocurrió  con los planes de electrificación de Norte para las líneas de Madrid a Ávila y Segovia.

 En este contexto, la factoría zaragozana Material Móvil y Construcciones (MMC), (Antiguos Talleres Cardé y Escoriaza), decidió adquirir una licencia a la empresa alemana Waggonfabrik Wismar GmbH, para construir en España un pequeño automotor de gasolina denominado en su país de origen como "Wismar" pero que en España se popularizó rápidamente por razones obvias como "zaragoza". MMC fabricó 32 de estos automotores entre 1933 y 1935. Dieciocho de ellos lo fueron en versión de vía ancha para las compañías de Torralba a Soria (1), Central de Aragón (3) y  Norte (14). Para vía estrecha se construyeron catorce, repartidos entre ocho compañías. También se fabricaron tres remolques de unas cuarenta plazas cada uno por encargo de la Compañía del Norte. Tanto su relativo bajo precio como su sencillez de construcción y manejo causaron un gran impacto en el mundo ferroviario de la época.


La foto pertenece a un "zaragoza" de vía estrecha, (línea Calahorra-Arnedillo), Refleja perfectamente el ambiente rural que, en general, rodeaba a estos pequeños automotores (Foto: Colección Lluís Prieto)


Esquema de un "zaragoza" tipo. En el dibujo de la planta falta aparentemente un segundo puesto de conducción a la derecha que probablemente se desplegaba cuando iba a ser utilizado (Tomado de un documento original de MMC)


Interior de un "zaragoza". Obsérvese la curiosa tapicería ¿art decó? (foto: Juan B. Cabrera)


Puesto de conducción de un "zaragoza" Colección Chema Martínez)

Vista parcial del motor (colección Chema Martínez)

Varios de estos automotores ya reformados estuvieron activos hasta mediados/finales de la década de los sesenta en líneas secundarias de escaso tráfico. Eran utilizados generalmente por viajeros del medio rural que se dirigían a alguno de los pueblos más importantes de su entorno con ocasión de mercados o ferias, o para realizar algunas gestiones. También servían como medio de enlace con estaciones de alguna línea ferroviaria principal. Eran realmente vehículos populares, y hasta familiares, que recibían a veces curiosas y cariñosas denominaciones. Desde luego, era toda una experiencia viajar en ellos. Tuve la suerte de poder experimentarlo muy a finales de los cincuenta o principios de los sesenta en algunos cortos viajes entre las estaciones de Santa Cruz de la Zarza y Villacañas.

Los "zaragoza" eran vehículos de unos 10 metros de longitud -aunque existía otra versión de siete metros-, con una distancia de 4 metros entre sus dos ejes, de transmisión mecánica y con dos motores de gasolina en voladizo, uno en cada extremo del automotor, lo que les confería una imagen muy característica. Cada uno de esos motores actuaba solamente sobre su eje más próximo a través de una caja de cambios con cuatro velocidades hacia delante y una hacia atrás. Ésta era una característica muy apreciada ya que, en caso de avería de un motor, podía seguir perfectamente con el otro en la dirección contraria, o bien en la misma dirección aunque a velocidad de marcha atrás. En cualquier caso sólo se utilizaba un motor, que era al que le correspondía la marcha adelante en el sentido del viaje. Aún así, se cuenta de ellos que tenían una buena aceleración y una potencia adecuada para sus servicios.

Los motores iniciales fueron de gasolina marca Ford y ha habido una cierta confusión en relación con sus características y sobre todo en su potencia. Sin embargo el excelente artículo de Manuel González Márquez titulado "Las reencarnaciones de los automotores Zaragoza" publicado en "Maquetren" clarifica mucho esta cuestión. Tenían ocho cilindros y ofrecían una potencia de 65 o 75 CV según las versiones. El esfuerzo de tracción era de algo más de 700 kg y podía alcanzar su velocidad máxima de 60 km/h en un minuto, debido en buena parte a su reducido peso al ser de construcción ligera, sin emplear remaches. La suspensión era por ballestas y la calefacción por aire caliente. Los frenos eran de tambor accionados por pedal actuando sobre las cuatro ruedas y contaba además con freno de mano independiente y freno de alarma que cortaba el encendido. También el número de plazas era algo confuso pero el mismo González Márquez llega a la conclusión de que tenían 46, distribuidas entre treinta asientos -de segunda y tercera clase en un principio- y 16 transportines. Diseñados para distancias cortas, no llevaban lavabo-retrete y los equipajes más voluminosos debían ser colocados en una baca en el techo.


Pues bien, en esta primera entrada dedicada a los "zaragozas" de vía ancha, me referiré a cuatro de ellos: primero, al adquirido originariamente por el ferrocarril Torralba-Soria y a continuación a los tres del Central de Aragón. La segunda entrada estará dedicada íntegramente a los pertenecientes a la Compañía del Norte.

Si nos centramos ya en los cuatro automotores objeto de esta entrada, podemos recordar que la pequeña Compañía de Torralba a Soria (que enlazaba justamente en Torralba con la línea de MZA de Madrid a Zaragoza) operó con tracción vapor hasta el 29 de junio de 1934. En esa fecha se incorporó al servicio de viajeros el automotor "zaragoza", denominado TS 1, que fue uno de los primeros que salió de la factoría de Cardé y Escoriaza-MMC. Según algunos estudios (Ramos y Llanes) tenía una tara algo mayor que el resto de "zaragozas" y también era algo mayor su esfuerzo de tracción (800 kg)



Imagen del TS 1 en la estación de Soria en 1935 (Foto: González/Javier Aranguren)

Se cree que durante la Guerra Civil actuó como vehículo sanitario. Cuando pasó a RENFE lo hizo, en principio, con la matrícula 9031,  aunque  luego se renumeró como 9033, y debió seguir trabajando en la misma línea hasta su baja en 1964; después parece que fue transformado en dresina de electrificación. 

Pero antes de dejarle sumido en el olvido, no me resisto a transcribir una anécdota que relata Javier Aranguren en su obra maestra Automotores Españoles, porque refleja a la perfección el ambiente típico que se vivía en estos automotores:

Tales trabajos llegaron a una intensidad de servicio tal que el automotor era utilizado constantemente entre Soria y Torralba, sin descanso, incluso con horario acelerado por encima del itinerario" para llegar justo a tomar un cafelito y poder regresar a la hora", que era la frase del interventor cuando algún viajero le recriminaba por los fuertes bandazos que el vehículo daba debido a la velocidad que llevaba y al no perfecto estado de la vía; aquella frase del ferroviario se complementó, en más de una ocasión, con otra más delicada tras un fuerte golpe oído en la parte inferior del chasis: "vaya, otra vez la bulona; se fastidió el horario...", pues desde ese momento no podía circular a más de 10 km/h y se iban al traste las correspondencias en Torralba.


El TS 1, en RENFE 9033, en una fecha indefinida en la estación del Norte de Madrid (Foto: RENFE)

Por su parte, la Compañía del Central de Aragón recibió un primer "zaragoza" el 24 de mayo de 1933. Fue el denominado A 1 y se le destinó al servicio diario de ida y vuelta entre Caminreal y Calatayud. El buen resultado animó a la compañía a inaugurar dos nuevas líneas con este tipo de automotores; una entre Teruel y Calatayud y probablemente otra entre Cariñena y Zaragoza. Para ello adquirió otros dos nuevos "zaragozas": el A2 y el A3, que recibió el 13 de marzo de 1934.  Estos vehículos tenían también motores Ford de gasolina de ocho cilindros y es posible que los dos primeros tuvieran una potencia de 75 CV mientras que el tercero tendría 65. Disponían de  46 asientos, de los cuales 10 eran de segunda clase y el resto de tercera, si bien todos acabaron siendo de clase general. 


En primer término, uno de los "zaragozas" del Central de Aragón. Al fondo el automotor A22 o A23 con un remolque (Foto: Colección Josep Calvera)

En RENFE recibieron la numeración 9014 a 9016. Mientras que el 9015 fue convertido en dresina de electrificación, tanto el 9014 como el 9016 fueron transformados por Miró Reig en 1963. Se prolongó su caja sobre uno de los antiguos voladizos de los motores, de modo que la distancia entre ejes pasó a ser de 6,70 metros y se reacondicionó el interior, admitiendo así cincuenta pasajeros. Además recibieron un motor Barreiros diésel de 115 CV instalado bajo el piso. Fueron renumerados añadiendo simplemente una "M" a su número anterior.



El 9014, antiguo A-1 del Central de Aragón, tras su reforma en Miró-Reig, estacionado en el depósito de Alcázar de San Juan. Tras él, un "talguillo" ( M. González Márquez)

Quedaron así unos automotores "chatos", algo más grandes y por supuesto más cómodos. Junto con otros tres ejemplares transformados a los que me referiré en una siguiente entrada, se ocuparon de servicios tales como los de Sevilla a Alcalá de Guadaira o Cinco Casas a Tomelloso. El 9016-M fue dado de baja en en 1968 mientras que el 9014-M lo fue en 1971.



BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

Aranguren, J. (1992) : Automotores Españoles. Autoedición, 1992

Ramos, M. y Lannes, Ll. (1993): El autovía Zaragoza y su reproducción en h0 por Bemo. Revista "Doble Tracción", nº 1

Casas, JC (2005): Salamanca y sus automotores. Globalia Ediciones

Calvera, J. (2009): Automotores diésel de ancho ibérico español. Ed. Revistas Profesionales

González Márquez, M. (2015): Las reencarnaciones de los automotores "Zaragoza". Revista Maquetren, nº 263.

domingo, 24 de septiembre de 2017

Crónicas de la vía estrecha (XXXI R): El VAY y el ingenio de los Ybern (I)



Desde que las vi por primera vez, siempre me llamaron la atención las imágenes de unos curiosos y artesanales automotores -o autovías- con las siglas V.A.Y. en su frontal y todos ellos con distintas estructuras y carrocerías. El V.A.Y. era el ferrocarril de Villena a Alcoy y Yecla y su "alma mater" fue durante muchos años Miguel Ybern Ferrés. Pues bien, al V.A.Y., a sus trenes y a la saga Ybern va dedicada esta entrada del blog y otra posterior.



Una imagen típica del V.A.Y. En Gayanes se cruzan un tren con tracción vapor y uno de los autovías (foto: Ch. Firminger)


a) Antecedentes: El V.A.Y.A.

El origen  de este ferrocarril, así como el de Alcoy a Gandía que se tratará más adelante, hay que buscarlo en la necesidad surgida a mediados del siglo XIX de dar salida a la producción, fundamentalmente textil y papelera, de la industriosa ciudad de Alcoy. Por otra parte era también imprescindible conseguir un eficaz abastecimiento de carbón para alimentar a las máquinas de vapor de sus fábricas. Por tanto, la conexión con alguna línea ferroviaria principal y algún puerto de mar cercano era de importancia capital. 

En este contexto, durante varios años surgieron diferentes proyectos ferroviarios para unir Alcoy  con la línea de Madrid a Alicante de MZA y la de Almansa a Valencia. El definitivo arrancó en julio de 1882 cuando el Gobierno otorgó a Ángel Calderón -un ingeniero ligado al Banco Ibérico -que se fundó para explotar el negocio de los ferrocarriles- la concesión de un ferrocarril económico que "partiendo de Villena y con un ramal a Yecla, se dirigiese a Alcoy y desde el punto más conveniente de este trazado a enlazar con la línea de Almansa a Valencia en Alcudia de Crespins". Poco después se constituyó la denominada Compañía Anónima de Ferrocarriles Económicos de Villena, Alcoy, Yecla y Alcudia de Crespins, conocida como V.A.Y.A. 

El V.A.Y.A. concretaba así su propósito de conectar la comarca alcoyana y el altiplano de Yecla -por su interés vinícola- con las dos importantes líneas ferroviarias de Madrid-Alicante de MZA en Villena y la de Almansa a Valencia, ya en propiedad de la Compañía del Norte, en Alcudia. Tras el inmediato inicio de las obras, el primer tramo construido fue el de Villena a Banyeres inaugurado en 1884, y el segundo el de Banyeres a Bocairent en 1885. En 1887 se alcanzó Yecla desde Villena. A medida que se iban abriendo, la compañía los ponía en explotación con varios -y a veces excesivos- trenes, e incluso se instauró un servicio combinado de diligencia entre Banyeres y Alcoy hasta que el ferrocarril pudiera llegar a esta ciudad.


Líneas proyectadas y realmente construidas por la Compañía Anónima de Ferrocarriles Económicos de Villena, Alcoy, Yecla y Alcudia de Crespins (V.A.Y.A.) (Dibujo de Pedro Pintado)


Sin embargo, ese mismo año de 1887, el V.A.Y.A. entró en suspensión de pagos debido a varias causas, entre ellas los daños producidos por fuertes lluvias, una epidemia de cólera y los problemas surgidos por el anuncio del establecimiento inmediato de otra línea ferroviaria por una compañía inglesa entre Alcoy y Gandía, algo que complicaba mucho sus planes iniciales. Tras cinco confusos años, en 1892 el ferrocarril fue incautado por el Estado al tiempo que se nombraba a una comisión delegada para su explotación. En cualquier caso, al no ser renovada ni cumplimentada adecuadamente, en 1899 caducó la concesión.

b) El V.A.Y. Su nacimiento, desarrollo y declive

Pero en 1902 llegó el resurgir. Un grupo financiero catalán se interesó por el V.A.Y.A. y logró la rehabilitación de la concesión, pero con ostensibles cambios respecto a los proyectos originales. El V.A.Y.A. se convirtió entonces en el V.A.Y. (Villena a Alcoy y Yecla) . En su consejo de administración figuraba ya Miguel Ybern Ferré, que con el tiempo pasaría a ser el accionista principal del ferrocarril y su director.  Después, su hijo Miguel Ybern Verdaguer fue jefe de Intervención y Reclamaciones, y posteriormente su sobrino-nieto, Miguel Ybern Parcerisas, se convirtió en Jefe de Material y Tracción desde 1954 al cierre del ferrocarril. Constituyeron así una saga familiar, verdadera impulsora de este ferrocarril. Fue muy querida en Villena, donde generó muchos puestos de trabajo y prestó una cuidada atención a sus empleados.



En este mapa de ferrocarriles en 1948 realizado por Forcano puede verse en verde el recorrido del V.A.Y. De Villena partía un ramal hacia el nordeste hasta alcanzar Muro y Alcoy. El otro ramal se dirigía desde Villena a Yecla y desde allí a Jumilla y Cieza. Esta línea de Jumilla a Cieza no era formalmente parte del V.A.Y. pero estuvo explotada por él  Posteriormente el V.A.Y. se encargó también de la explotación del Alcoy-Gandía, también en verde en el mapa.

Pues bien,  de acuerdo con las modificaciones estipuladas, el ferrocarril no llegaría por sus propias vías hasta Alcoy, sino que finalizaría en Muro de Alcoy, conectando allí con la recién construida línea de Alcoy a Gandía. De esta forma se perdía en parte uno de los objetivos básicos del antiguo V.A.Y.A. En esa situación el V.A.Y. tenía que abrirse a otros mercados y hacerse otros replanteamientos. Por una parte, se abandonaba la idea de llegar a Alcudia de Crespins y ese tramo se permutaba por uno nuevo de Yecla a Jumilla buscando el transporte de vinos. Después, también se permutó otro posible ramal entre Ontinyent y Virgen de la Luz por otro entre Jumilla y Cieza, abriéndose así también al transporte de esparto. 

De este modo en 1905 el ferrocarril llegó a Jumilla y en 1906 se inauguró el tramo entre Bocairent y Agres, donde se estableció enlace con la línea Xátiva-Alcoy de la Compañía del Norte. De este modo al fin se conseguiría, aunque por otro camino, el enlace con tres líneas de vía ancha. Y ya, en 1909, se llegó a Muro de Alcoy, donde el V.A.Y. enlazaba con las vías del entonces nuevo Gandía-Alcoy.

La ampliación de Jumilla a Cieza fue llevada a cabo por otra compañía catalana, la del Sud de España, muy ligada a la del V.A.Y., constituida en 1914 también en Cataluña y con claros intereses en las actividades vinícolas y de esparto de la zona. La explotación de este ramal comenzó en 1921, aunque el establecimiento de la estación de Cieza-MZA se logró cuatro años después. La Compañía del Sud arrendó de inmediato la explotación de la línea al V.A.Y., que se hizo cargo de ella desde el principio. 

Pero los años siguientes fueron muy malos para ambas compañías, en gran medida por la competencia creciente de la carretera. Miguel Ybern, el director del V.A.Y., y con un espíritu emprendedor e inquieto, buscó una salida a la situación mediante la utilización de autovías construidos -hasta un total de trece- en los propios talleres de Villena entre 1931 y 1948. Utilizó para ello algunas patentes propias muy "caseras", pero también muy ingeniosas. De acuerdo con Enrique Andrés Gramage ya desde el principio de los años treinta el uso de las locomotoras de vapor quedó restringido a la tracción de trenes de mercancías.

Durante la Guerra Civil, el comité que se hizo cargo de la explotación estableció servicios directos hasta Alcoy en vez de finalizar en Muro, algo que quedó definitivamente establecido posteriormente por las dos empresas con un servicio diario directo Alcoy-Cieza y otro entre Villena y Gandía. 

La guerra dio origen a muchos desperfectos en infraestructura y material. Sin embargo, hasta mediados de los cincuenta el V.A.Y. pudo sobrevivir aunque con dificultades, contando en buena medida con las soluciones ingeniosas de Miguel Ybern y su familia. Pero a partir de esa época la caída de los mercados del vino y esparto dio lugar a que el negocio del ferrocarril se redujera prácticamente a los servicios de viajeros, actuando los trenes como lanzaderas entre las estaciones de empalme con las grandes líneas. 



Otra imagen típica del V.A.Y. (foto: Ch. Firminger)

Los primeros sesenta fueron también muy críticos, si bien el V.A.Y.  asumió los servicios de la línea Alcoy-Gandía. En cualquier caso, en 1965, FEVE se hizo cargo del ferrocarril, no sin las protestas y reclamaciones de la familia Ybern que no veían razón de peso para ello. FEVE mantuvo los mismos servicios y vehículos pero efectuó muy pocas labores de mantenimiento. Así, y como era de esperar, el Gobierno decidió la clausura el 7 de febrero de 1969, aprobando el cierre de todas las líneas y servicios del V.A.Y. a partir de las 00 horas del 1 de julio de ese año. En ese momento los servicios en vigor eran de dos autovías de Alcoy a Villena, uno de Alcoy a Cieza, uno de Alcoy a Jumilla, dos de Villena a Yecla y uno de Villena a Cieza.

Pues bien, tras revisar someramente la historia de este ferrocarril, vamos a detenernos en sus vehículos de tracción, empezando por las locomotoras de vapor y el  material remolcado y dejando los autovías para una segunda entrada. 

c) Las locomotoras

En principio, el V.A.Y.A. fijó en catorce el número de locomotoras, cifra que nunca se llegó a alcanzar tanto por las dificultades económicas como por no ser realmente necesarias todas ellas. Aunque la Administración fue rebajando esa cifra, nunca se llegó a cumplir con el número oficialmente estipulado.

Es curioso que la primera empresa que recibió en 1882 un pedido de dos locomotoras por parte del V.A.Y.A. fue La Maquinista Terrestre y Marítima. Por alguna razón esta petición no llegó a satisfacerse, si bien parece que una de las locomotoras llegó a ser construida y utilizada en alguna exposición. El hecho real fue que nuestro ferrocarril recibió en 1883 seis locomotoras alemanas de la factoría Hartmann tipo 030T con una potencia de 250 CV, un timbre de 9 kg/cm2, un diámetro de ruedas de 1,050 m. y un esfuerzo de tracción de 3139 Kg. Recibieron curiosamente la numeración del 9 al 14 y fueron bautizadas con nombres de las poblaciones de la zona que en principio se suponía que iban a recorrer, algo que no se cumplió del todo. Fueron las que inauguraron el servicio del ferrocarril en 1884 y estuvieron sometidas a unas condiciones muy duras de explotación. Posteriormente fueron renumeradas del 4 al 9


Una de las Hartmann fotografiada en Agres (foto: autor desconocido/Museo Nacional Ferroviario)


La nº 5 en Bocairent con un tren de mercancías. Esta locomotora fue la más fotografiada de todas las locomotoras del V.A.Y. probablemente por ser una de las más operativas en los años cincuenta y sesenta (autor desconocido)





La VAY 5 en Villena en cabeza de un  tren de mercancías (foto: L. G. Marshall)


De nuevo la 5, esta vez en Muro, con una composición típica de los últimos años del VAY (foto: Allan Barnes)



Y en cabeza de un mercancías en Villena (autor desconocido)

..Junto al cocherón de Alcoy (Ch. Firminger)


Las VAY Hartmann 5 y 7 en el depósito de Villena (foto: L.G. Marshall)


Una Hartmann tomando agua en Muro de Alcoy (Ch. Firminger)


La 8 con el automotor 16 en el depósito de Villena en 1961 (Ch. Firminger)



Otra imagen de la VAY 5 también en Villena (foto: LG. Marshall)



A principios de los sesenta el VAY asumió la explotación de la línea de Alcoy a Gandía y hasta allí también llegó la 5 (J. L. Rochaix)
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                     La 5 en cabeza de un tren de viajeros por las calles de Gandía (autor desconocido)


                                                     La nº 4 delante de la nº 5 (J. Wiseman)


Tras su intensa actividad la 5 está ya en Villena a la espera de su desguace (autor desconocido)

Debido a las duras circunstancias de explotación y a las dificultades económicas, el V.A.Y. tuvo que recurrir al alquiler o cesión de locomotoras de otros ferrocarriles. En 1920 recibió una Manning Wardle 030T procedente del Alcoy-Gandía, que disponía de dosde la que tampoco se conoce numeración, y que fue desguazada a mediados de los cuarenta. También en 1920 llegaron dos locomotoras norteamericanas Vulcan tipo 131T -en este caso adquiridas- que recibieron los números 2 y 3 y que fueron retiradas tras la Guerra Civil. 

Una de las "Vulcan" llegando a Jumilla en cabeza del tren inaugural de la línea el 24 de abril de 1921 (autor desconocido)

 La "Vulcan" nº 3 en Jumilla. Las iniciales "JC" que figuran en la tapa de la caja de humos se refieren al ferrocarril Jumilla-Cieza, explotado por el V.AY. y donde debió trabajar preferentemente  (Del fondo de la familia Lorente a través de Jerónimo Lázaro Milán)


                            La Vulcan  nº 3, ya retirada en Villena.  (foto: BZMotmann/Forotrenes)

Del mismo modo, durante la Guerra Civil, llegaron cedidas tres locomotoras del Peñarroya-Puertollano, en concreto las 1, 3 y 12, que fueron devueltas a la finalización de la contienda. 



La nº 1 del Peñarroya-Puertollano, que durante los años de guerra fue trasladada al V.A.Y .(foto: Gustavo Reder)

Ya durante el periodo de FEVE llegaron las locomotoras 5 y 6 de los Ferrocarriles Estratégicos y Secundarios de Alicante (E.S.A.) que permanecieron en el V.A.Y. hasta su cierre.



En los últimos años de explotación FEVE trasladó al V.A.Y. a las locomotoras 5 y 6 de los Ferrocarriles Estrategicos y Secundarios de Alicante (ESA). Como el V.A.Y. se había hecho cargo de la explotación del Alcoy-Gandía, no es extraño -pero sí interesante-, ver juntas en el depósito de esta última población a las E.S.A.  5 y 6 y a la VAY 7 (foto: J. Miquel)
 
d) Los coches de viajeros

Por lo que respecta al material móvil de viajeros, siempre lo tuvo en exceso. La razón principal fue el compromiso adquirido por la compañía con el Estado cuando obtuvo la concesión, con unas previsiones a todas luces muy optimistas. Ello llevó a que buena parte de este material permaneciera apartado durante largos periodos en las estaciones principales. 

En términos globales el V.A.Y. dispuso de cuatro coches de primera clase, siete mixtos de primera y segunda, tres de segunda, un mixto de segunda/tercera, dieciocho de tercera, cuatro furgones y un coche break. Por su parte el Jumilla a Cieza (JC) tenía dos coches de primera, dos mixtos primera/segunda, dos de segunda, diez de tercera y tres furgones. 


Un coche de viajeros en la estación de Villena en 1961 (foto: Ch. Firminger)

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Coches y remolque de automotor en Gandía (Ch. Firminger)





Coches y remolques de autovías retirados en Villena. Las transformaciones de vehículos en distintos tipos fue muy frecuente en el VAY (foto: autor desconocido)


Cuando el V.A.Y. se cerró, buena parte del material móvil se estacionó en Gandía, donde John Batts tomó esta imagen en 1972

e) Los vagones de mercancías

Por lo que se refiere a vagones de mercancías, el V.A.Y. superó con mucho la centena y el JC alrededor de los cuarenta. Incluían distintos tipos para carga general, bordes altos y bordes bajos, transporte de ganados y foudres para el de productos vinícolas. En cualquier caso se trata de cifras muy aproximativas ya que la dinamicidad del ferrocarril y de sus talleres dio lugar a un gran número de reformas -y diría casi de transmutaciones- en todo este material. 

                                       Vagones cargados de esparto en Jumilla (F. Baños)


Un vagón de carga general y otro jaula en la estación de Villena en 1961. En general todo el material móvil llevaba ruedas de radios (foto: Ch. Firminger)

e) "El Tomasín"

Y esa dinamicidad dio lugar a otros proyectos para vehículos ferroviarios tales como una furgoneta DKW adaptada a la circulación ferroviaria, la construcción de un taxi ferroviario con una carrocería de un automóvil Renault y denominado popularmente "El Tomasín" e incluso el proyecto de un aerotren para lo que se llegó a contar con una hélice y un motor de aviación.
                                             ___________________________

Muy poco queda, por no decir nada, de todo este material. En la actualidad es probable que no quede ya ningún vestigio de sus locomotoras ni de los coches de viajeros o de mercancías. Sólo sobrevive el coche break custodiado por los Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana (FGV) y que espero que ahora sea ya visitable en el museo de Torrent. 

Los autovías corrieron una suerte muy parecida, pero su historia merece una entrada aparte. En cualquier caso,  la epopeya del V.A.Y. aún con sus claroscuros, es realmente fascinante. A este respecto quien desee una información muy detallada sobre este ferrocarril puede consultar el interesante libro "Los trenes del esparto VAY-Sud de España. Los autovías Ybern" de Vicente Ferrer i Hermenegildo en el que me he basado para buena parte de esta entrada. 


FUENTES CONSULTADAS:

Allen, P. y Wheeler, R: Vapor en la sierra. Aldaba ediciones.

Aranguren, J. (1992): Automotores españoles. Autoedición

Ferrer i Hermenegildo, V. (1998): Los trenes del esparto VAY-Sud de España Los autovías Ybern.

Alcaide, R. (2005): Ferrocarriles de vía estrecha en el Levante español: una red inacabada. En Historia de los Ferrocarriles de vía estrecha en España. Fundación de los Ferrocarriles Españoles

La Página en facebook de Jerónimo Lázaro Milán contiene datos y fotos muy interesantes de este ferrocarril.