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domingo, 30 de julio de 2017

Crónicas de la vía estrecha(XXVII R): El sencillo... y complejo ferrocarril de Sierra Alhamilla al puerto de Almería


Tras habernos acercado en una entrada anterior desde Granada a Sierra Nevada por el tranvía de la Sierra, atravesamos ésta y nos dirigimos hacía Almería, en nuestro recorrido por las antiguas líneas andaluzas de vía estrecha con transporte de viajeros. Aunque en esta provincia hubo una interesante proliferación de ferrocarriles mineros de vía estrecha, sólo uno de ellos desarrolló además un servicio regular de pasajeros: el que unía la estación de El Chorrillo, en las faldas de Sierra Alhamilla, a no más de 15 km de Almería, y el puerto de esta ciudad. A él va dedicada esta entrada.

Esta es la zona, en la falda de Sierra Alhamilla, donde se ubicaba la estación de El Chorrillo, cabecera del ferrocarril hacia el puerto de Almería distante unos 15 km hacia el sur. Arriba a la derecha un pequeño punto rojo señala la ubicación del Balneario de Sierra Alhamilla. Dos "cables" transportaban hasta El Chorrillo o sus inmediaciones el mineral de hierro. Es éste un lugar donde se rodaron algunas películas y aún se rueda alguna.


En el extremo derecho de la imagen puede verse el recorrido del ferrocarril del puerto de Almería a Sierra Alhamilla. Tenía dos estaciones intermedias: Huércal y Pechina. Fue el segundo ferrocarril de la provincia de esta provincia y anterior al de la Compañía del Sur de España de Linares a Almería junto al que discurría en sus últimos kilómetros (mapa tomado de la "Geografía de los Ferrocarriles Españoles" de H. Lartilleux)

El origen de este ferrocarril se remonta a los años setenta del siglo XIX cuando un norteamericano llamado William Dexter Marvel, que era propietario y arrendatario de algunas minas -fundamentalmente de hierro- en las faldas de la sierra, quiso potenciar su explotación y sacar el mineral por el puerto de Almería; algo que en la práctica requería el establecimiento de un pequeño ferrocarril para sustituir la tracción o el puro transporte mediante mulos. Como objetivo muy secundario se planteaba el transporte de personas desde Almería al Balneario de Sierra Alhamilla, al que por aquel entonces sólo se accedía a lomos de caballerías.

Inmediaciones de la estación de El Chorrillo en la actualidad. Al fondo a la derecha, los restos del edificio de la estación (autor desconocido/Web "Minas y Metales de Almería")

Es curioso que para ser un ferrocarril tan pequeño fuera tan complejo todo el proceso de concesiones, ventas y traspasos que sufrió, así como la aparición de diversas y rocambolescas intrigas que sucedieron en torno a él. Todo ello queda bien descrito en el capítulo correspondiente del libro "Trenes, cables y minas de Almería" al que me refiero más abajo. Por mi parte, voy a intentar resumir someramente esta historia, aún a costa de incurrir en alguna incorrección, para a continuación centrarme sobre todo en las informaciones de que hoy disponemos sobre sus aspectos técnicos y operativos.

El proyecto de la línea, obra del ingeniero José María Gómez, es de noviembre de 1879 y se basaba fundamentalmente en planteamientos de bajos costes. De este modo trataba de seguir en todo lo posible la línea recta, lo que por otra parte implicaba la realización de puentes, desmontes y trincheras, algo que se corrigió en parte posteriormente. El trazado comprendía cuatro secciones. La primera era un plano inclinado desde la mina "Casualidad" hasta la estación de El Chorrillo, cabeza de la línea y las otras tres eran ya de explotación ferroviaria convencional. La longitud era de unos 16 km y el extraño ancho de vía elegido fue de tres pies ingleses equivalente a 914 mm, al parecer un ancho bastante extendido en Estados Unidos.  

Las obras comenzaron en 1886 y finalizaron en febrero de 1888 después de algunas prórrogas, siendo el ferrocarril durante este periodo propiedad de la Marwell Iron Company Limited, y se ciñeron al tramo entre El Chorrillo y la estación de Almería, cercana a la Fábrica de Gas de esta ciudad. Quedaba por tanto pendiente el plano inclinado y el ramal de acceso a los muelles del puerto. En este mismo año el ferrocarril fue vendido a George Stone y tiempo después a Francisco Requena que, en 1892, también lo transfirió a la compañía inglesa The Almería and Alhamilla Rail Company Limited. 

Ese mismo año de 1892 el proyecto del plano inclinado se sustituyó por un cable aéreo que empezó a funcionar en 1893 y también en esa época se unió la estación con unos pequeños muelles de carga para barcazas. 


En primer término los humildes embarcaderos del ferrocarril de Sierra Alhamilla. Al fondo, el gran embarcadero propiedad de Minas de Alquife (colección Instituto de Estudios Almerienses)

Además, en 1894, se construyó otro cable aéreo que daba servicio a otra mina y que iba a parar muy cerca de la estación de El Chorrillo. 

Por lo que respecta al material de tracción parece que hacia 1885 o 1886 llegaron una o dos locomotoras tipo 220 procedentes de Estados Unidos para participar en la construcción de la línea. Una de ellas fue "bautizada" como "Almería", tal como muestra este documento gráfico del Archivo Histórico Ferroviario:

Imagen de la "Almería" obtenida en mayo de 1893 (Archivo Histórico Ferroviario del Museo del Ferrocarril de Madrid (AHF/MFM). Autor desconocido)


 Años más tarde, en noviembre de 1892 llegaron tres máquinas alemanas de la factoría Jung, de rodaje 030 de sólo 30 CV de potencia y dotadas de distribución Allan. Se numeraron del 1 al 3 y recibieron los nombres de "Almería", "Pechina" y "Huércal". Probablemente su llegada propició la retirada de la locomotora norteamericana. 



Una de las locomotoras Jung cruza el puente sobre el río Andarax con un corto tren (colección Instituto de Estudios Almerienses)

En cuanto al material móvil se disponía de un coche mixto de 2ª y 3ª clase, otro de segunda y uno más de tercera, además de un coche break y un furgón. Por otra parte existían unos cincuenta vagones para el transporte del mineral.



Furgón y coche de viajeros con un chaval entre ambos (Archivo Fundación Sancho el Sabio)


Probablemente el coche mixto de segunda y tercera clase, al parecer, estacionado en Linares (archivo Fundación Sancho el Sabio)



Vagones del ferrocarril en la estación de Almería. Al fondo se divisa el edificio de la estación de la Compañía del Sur de España luego integrada en Andaluces (archivo Fundación Sancho el Sabio)

Un descarrilamiento nos deja ver la sencillez de construcción de los vagones (Fundación Sancho el Sabio)

En la segunda quincena de enero de 1894 el ferrocarril se puso en funcionamiento -parece ser que por segunda vez- para el transporte de mineral. Fueron unos primeros años muy difíciles por los complejos problemas que originaban las continuas transferencias de la propiedad entre empresas. Aún así, en 1897 se abrió también al servicio público de pasajeros y mercancías. 

En 1915, cuando ya desde 1908 la propiedad del ferrocarril correspondía a la Alquife Mines and Railway Company, las minas mostraban su agotamiento, y en junio de ese año la compañía solicitó el cese del servicio. Éste le fue denegado y en 1917 la explotación pasó a manos de otra compañía subsidiaria de la anterior, The Chorrillo Almería Railway Company. En cualquier caso, el déficit no paraba de aumentar debido a que los ingresos se debían casi exclusivamente a los viajeros y a algunas actividades complementarias. Ello llevó a la reducción de trenes, que hasta ese momento eran diarios, y que pasaron a circular sólo jueves y domingos y más adelante, ya en 1920, sólo los domingos. Esta situación motivó las protestas de los viajeros, que básicamente eran los que se dirigían al balneario. 

En 1925 se suspendió definitivamente la explotación de las minas y el servicio del ferrocarril. El 17 de noviembre de 1927 un tren especial recorrió la línea recogiendo diversos materiales y el 1 de abril de 1928, la compañía comunicó a la División de Ferrocarriles su abandono definitivo. La incautación por el Estado tuvo lugar en septiembre de 1928 y el 21 de junio de 1934 se hizo cargo de ella la Explotación de Ferrocarriles por el Estado (EFE)

Dos de las locomotoras Jung en el cocherón de Almería. La foto está tomada probablemente tras el cierre del ferrocarril y delante se aprecia parcialmente la placa giratoria. En el frontal de la locomotora a la izquierda puede leerse "C A 1" (El Chorrillo Almería 1). También en la de la derecha y mediante ampliación  se lee "C A 2".  (archivo Fundación Sancho el Sabio)


La aguada del depósito de Almería con dos vagones. El guarda de las instalaciones posa con la familia tras el cierre del ferrocarril. El chaval puede ser el mismo que el que aparece sentado en el furgón en una imagen anterior. Quizás ello indique que estas fotografías fueron tomadas el mismo día. ( archivo Fundación Sancho el Sabio)

La Guerra Civil dio el golpe de gracia a lo poco que quedaba del ferrocarril. Se utilizó como combustible la madera de edificios y vagones y la vía fue levantada y utilizada como chatarra. Por fin, en 1941 se incoó el expediente de caducidad acabando así definitivamente su existencia oficial. Parece que EFE envió dos de las locomotoras (quizás la 2 y la 3) al Ferrocarril de Buitrón donde se aprovecharon para repuestos y algunos coches o vagones a Linares, probablemente para su posible servicio en el Ferrocarril de Linares a La Carolina, pero nunca llegaron a entrar en servicio. 


Uno de los coches del ferrocarril fotografiado en las cocheras de Linares del Ferrocarril de La Loma adonde fue enviado por EFE. Parece que no llegó a usarse y que fue empleado como cuarto auxiliar por las limpiadoras  (archivo Fundación Sancho el Sabio)

Hoy ya sólo quedan algunas ruinas y vestigios de un ferrocarril prácticamente desconocido para la mayoría de los almerienses, si bien es de reconocer y agradecer las investigaciones que la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Almería (ASAFAL) lleva a cabo sobre él.


Ruinas de la estación de El Chorrillo (foto: JAG)


 y cuyo recuerdo ha revivido en los últimos años gracias a las actividades de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Almería (ASAFAL) a la que pertenecen estas imágenes de la situación actual de aquellas instalaciones. 



De un antiguo puente de la línea solo quedan los estribos. Ahora se utilizan para el paso de una   tubería. Fondo ASAFAL)

Del antiguo puente sobre la rambla de Espinaza solo quedan los estribos y los asientos de los pilares, utilizados también ahora para el paso de una tubería (fondo ASAFAL)


FUENTES CONSULTADAS: 

Gómez, J.A. y Coves, J.V. (1994): Trenes, cables y minas de Almería. Instituto de Estudios Almerienses

Aguilera, A. (2018): Las locomotoras 2-2-0 del Ferrocarril de Sierra Alhamilla al puerto de Almería. Revista el Ferro-carril ASAFAL.


El ferrocarril de Sierra Alhamilla. Página web de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Almería










domingo, 16 de noviembre de 2014

Las efímeras y olvidadas trifásicas 21-24 de RENFE


Entrada publicada originalmente en noviembre de 2014 y revisada y ampliada en octubre  y noviembre de 2016

A mediados de los años 70 viajaba con frecuencia de Madrid a Almería y siempre me llamaban la atención cuando pasaba por la estación de Santa Fe estas imágenes:

En 1976, en la estación de Santa Fe, cerca de Almería (foto: Werner Hardmeier )
La misma locomotora en el mismo lugar que la imagen anterior. Por informaciones posteriores he sabido que esta máquina, probablemente la nº 21, tuvo una colisión con el tren correo Almería-Madrid en agosto de 1965 y una de las tolvas que arrastraba se empotró en la cabina trasera. En ese accidente murieron diez personas. 
En aquella época, a mí me sonaba algo la historia de los tractores trifásicos que durante más de 50 años se habían encargado del transporte de mineral de las minas del Marquesado entre las estaciones de Gérgal y Santa Fe. Pero...¿y esta locomotora?

Años después ya desaparecieron estos restos, pero a mí siempre me rondaba la incógnita y traté de saber un poco más. Me enteré entonces que a principios de los 60, al ampliar la electrificación desde Gérgal hasta Nacimiento (línea arriba) y desde Santa Fe hasta el puerto de Almería, RENFE decidió la adquisición de cuatro locomotoras eléctricas trifásicas que entraron en servicio a finales de 1963 o principios de 1964, parece que con la finalidad básica de arrastrar los trenes de viajeros en toda la sección electrificada, aunque lo hacían también con los de mineral. 

Su construcción pasó por muchas dificultades debido a las trabas a la importación impuestas en aquella época. Al final fueron fabricadas por un consorcio hispano-suizo constituido por las firmas Sécheron, Macosa, Schindler, SLM y Aguirena, aunque según alguna documentación parece que aún contribuyeron dos empresas suizas más. Ello quedó documentado, al menos en parte, en su placa de construcción, donde también figura que fue llevada a cabo en el año 1962. 


Placa de construcción de la serie 21-24. El ensamblaje final lo hizo Macosa (foto Werner Hardmeier)
 RENFE las asignó la curiosa serie 21 a 24, que nunca fue sustituida por ninguna otra.


Esquema de la serie 21-24 (dibujo de Manuel Galán Eruste)

Las locomotoras tenían dos bogies de dos ejes. Su potencia era de 970 kW (el equivalente a unos 1300 CV)  -casi tres veces la de uno de los tractores- pero, al igual que éstos, sólo disponían de dos velocidades prefijadas: 25 o 50 km/h. Tenían cuatro motores de tracción y estaban dotadas de freno de vacío. Su esfuerzo de tracción unihorario era de 7120 kg. 


Su caja, construida específicamente por Macosa, recuerda muchísimo a la serie 7400 de RENFE, fabricada en 1944 también por esta misma empresa y la suiza Sécheron

La nº 21 (foto: Trevor Rowe/archivo Museo Vasco del Ferrocarril)



La nº 22 (Foto Ferrán Llauradó)

La 23 en febrero de 1965 (foto: Ferrán Llauradó)


La 24 (foto: autor desconocido)

Además de las dificultades para su construcción, las pruebas también fueron muy complicadas ya que, al parecer, surgieron discrepancias con los ingenieros suizos. Por otra parte, también hubo problemas con la alimentación eléctrica dado que la central de Santa Fe no se rediseñó adecuadamente, lo que originaba que, en un principio, no podían funcionar a la vez más de dos. Y a ello cabe añadir la rigidez de explotación a causa de sus dos velocidades prefijadas. En cualquier caso, los ferroviarios almerienses las denominaron "las guapas", supongo que en comparación con la imagen tan rudimentaria de los primitivos tractores.


La 22 en cabeza de un tren de viajeros en 1965 (foto: Ferrán Llauradó)


Una de las 21-24 arrastrando un tren de tolvas  (foto: colección Javier Aranguren)

Por tanto, todo fueron dificultades con las 21-24. Además operaban en un entorno muy difícil, con una mala infraestructura y con un tipo de tracción -la trifásica- ya muy decadente. Todo ello condujo a que solo trabajaran entre finales de 1963 y 1966. A esta rápida desaparición también contribuyó la aparición de las entonces nuevas 1300 diesel, con características muy apropiadas a las características de la línea y de sus servicios. RENFE decidió por tanto apostar por este tipo de tracción, aunque años más tarde volvería a la eléctrica aunque ya a 3000V en esta zona, si bien con las locomotoras "japonesas" mucho más modernas, potentes y versátiles.

De esta forma, las 21-24 quedaron de momento en su depósito de Santa Fe, ya que por sus características no tenían encaje en ningún otro servicio de RENFE. Allí las fotografió Justo Arenillas:

(Foto: Justo Arenillas)

Allí seguía la locomotora accidentada a la que me refería al principio de la entrada y que parece claro que era la 21. Según el aficionado almeriense José Antonio Gazquez debió ser desguazada en la propia estación de Santa Fe hacia 1985, cuando comenzaron los citados trabajos de la electrificación a 3000V. En las dos fotos que siguen se ve el lugar donde probablemente fue desguazada y algunos posibles restos de ella. 

Foto obtenida en noviembre de 2016 en el lugar donde fue desguazada la 21, en la estación de Santa Fe. En la zona ampliada arriba a la izquierda se han encontrado restos de aisladores (foto: José Antonio Gazquez)



Todo parece indicar que estos restos de aisladores pertenecieron a la 21 (foto: José Antonio Gazquez)

Por su parte, en 1976, Werner Hardmeier fotografió a la 22 en Almería, que estaba reservada para el futuro Museo


La 22 en Almería en 1976 (Foto: Werner Hardmeier)





Otra vista de la 22 apartada en Almería (foto Werner Hardmeier)


El frontal de la 22, tan parecido al de las 7400 (foto: Werner Hardmeier)


La espartana cabina de la 22 (foto: Werner Hardmeier)
En 1978, seguía en Almería, tal como la captó John Sloane:


(foto John Sloane)

La locomotora llegó por fin a Madrid, y así estaba en 1983 en el exterior del Museo:

La nº 22 en Delicias en 1983 esperando....el desguace (Foto colección Pacheco)



Otra imagen más de la 22 deteriorándose en el exterior de Delicias. En este caso se encuentra entre un coche "yenka", que también debió ser desguazado, y el furgón restaurado DGDC 222 (foto e información: J.A. Méndez Marcos)
Sin embargo, una vez más, incomprensiblemente, se ordenó su desguace. El desguace de una verdadera pieza de museo ya que se trataba probablemente de las últimas trifásicas construidas en Europa. 

Pero ahí no acaba el desastre, porque la 23, almacenada en un principio en el depósito de Puente Genil, también fue desguazada.


La 23 en Puente Genil en agosto de 1978 (foto AMOLUC)
En cuanto a la 24, no se conocen datos concretos de su final, pero lo que está claro es que también desapareció.

Una vez más, sin comentarios. O con  muchos, muchísimos comentarios.



FUENTES CONSULTADAS:

Arenillas, J: La tracción en los ferrocarriles españoles. Ed. Vía Libre

Gómez, J.A. y Coves, J.V. Trenes, cables y minas de Almería. Instituto de Estudios Almerienses. 1994

Web Spanish Railways

Forotrenes

Comunicaciones personales de Jose Antonio Gazquez