El tipo y la explotación de las líneas ferroviarias que confluían en Salamanca, hacía muy aconsejable en aquellos años 50 y 60 del siglo pasado la utilización de automotores para líneas de poco tráfico de viajeros. En concreto, Zamora, Medina, Bejar, Peñaranda de Bracamonte, Ávila o La Fregeneda, eran buenos destinos candidatos.
Salamanca, en plena "ruta de la plata" y con otras líneas hacia Ávila, Medina y la frontera portuguesa (Forcano, 1948)De acuerdo con el interesante libro "Salamanca y sus automotores" de Juan Carlos Casas, el 15 de junio de 1945 se inauguró el primer servicio oficial de automotores desde Salamanca, en este caso con Zamora. Se efectuaba con dos automotores de gasolina, probablemente dos de los "Chevrolet" de la serie 9001-9033 conocidos coloquialmente como "rácanos", y cuya historia se narra aquí.
A partir de 1949 se incorporaron dos automotores más, en este caso de motor diesel: eran los denominados "ganz pequeños " 9155 y 9156. De este modo, los servicios a Zamora se extendieron hasta Benavente por un lado y hasta Béjar o incluso Baños de Montemayor por otro.
En 1955 Salamanca mantenía su dotación de cuatro automotores pero los "ganz" fueron sustituidos probablemente por otros dos "chevrolet", o "zaragozas". Entre los cuatro se mantenían los servicios con Béjar y Benavente.
Ya en 1960, llegó a Salamanca un primer "zaragoza" reformado y en 1962 lo hicieron dos unidades de "talguillos" así como -probablemente- dos "zaragozas" más de gasolina, conocidos en Salamanca como "foritos".
Un "forito" en la estación de Salamanca asegurando probablemente un servicio con Béjar (colección César Mohedas)Después, en 1965, se reunieron en el depósito salmantino las seis unidades de "talguillos", y aquí surge una cierta duda ya que alguna fuente afirma que el 9006-9012 se mantuvo operando entre Segovia y Medina hasta 1968; es posible que lo hiciera pero asignado oficialmente a Salamanca. En cualquier caso, queda la duda de, si antes de reunirse todos en Salamanca, estuvieron algunos prestando servicio en otras líneas en ese intervalo entre 1961-62 y 1965.
El escaso rendimiento de los "foritos" hizo que quedaran relegados básicamente a la relación con Béjar mientras que los "talguillos" se ocupaban del resto de los servicios. Estos "zaragozas" fueron retirados en 1964 y volvieron de nuevo los dos "ganz pequeños". Dado que estos cada vez daban más problemas llegó como refuerzo desde Zaragoza por un tiempo limitado un Renault de dos ejes.
Ya en 1968 empezaron a aparecer los ferrobuses, lo que condujo a una desaparición creciente de los talguillos, que fue definitiva en 1973. Tras un tiempo apartados en Salamanca fueron pasando algunos de ellos al depósito de Alcázar de San Juan donde todavía se encargaron posiblemente de servicios en líneas de débil tráfico. Ese fue el final definitivo de aquellos humildes automotores.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Casas, J.C. (2005): Salamanca y sus automotores. Globalia Ediciones Anthema

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