domingo, 21 de marzo de 2021

La tracción vapor en RENFE (XXVII): Las 040 del Ciudad Real a Badajoz que llegaron a Andaluces (C-B 113 a 122/Andaluces 213 a 230/RENFE 040-2201 a 2208 y 040-2211 a 2216)


1865

 Las esforzadas 040 de la "Vía del aceite"


A mediados del siglo XIX surgieron distintos proyectos para el establecimiento de un ferrocarril que dinamizara el transporte de carbón desde los yacimientos de la cuenca del Guadiato, en el norte de la provincia de Córdoba, hacia diversas empresas y explotaciones andaluzas, así como para el uso de las propia compañías ferroviarias. Es verdad que por esa zona discurría desde el año 1868 la línea del ferrocarril de Ciudad Real a Badajoz y ese transporte era posible, pero el rodeo que había que efectuar por Puertollano y Manzanares para alcanzar la línea de Madrid a Córdoba no lo hacía atractivo. 

En ese contexto, y tras múltiples peripecias económicas y administrativas perfectamente descritas en el indispensable libro "Locomotoras de Andaluces" de Fernando Fernández Sanz, el 5 de septiembre de 1873 se puso en funcionamiento en su recorrido completo el ferrocarril de Córdoba a Espiel y Belmez perteneciente a la compañía del mismo nombre. Sus continuas penurias económicas la llevó, cinco años después,  a ser adquirida por la Compañía de Andaluces,  que había tenido interés en esta línea desde su creación. No fue tanto así por parte de MZA que había solucionado su acceso a la zona carbonífera mediante el ramal de Almorchón a Belmez.

Antes de continuar conviene hacer referencia a las dificultades que presentaba la fuerte y continua pendiente de la primera parte de la línea, desde el valle de Guadalquivir hasta culminar una primera alineación de Sierra Morena, y en concreto el trayecto entre Córdoba, Cerro Muriano y Obejo. Tenía una longitud de unos 20 km de longitud pero entrañaba serias dificultades para la explotación ferroviaria, lo que llevó a implementar diversas soluciones también perfectamente descritas en el libro de Fernández Sanz. Así, cabe destacar que al circular los trenes cargados de mineral en sentido descendente hacia el valle del Guadalquivir,  había que dotar a los vagones de unas zapatas de freno especiales de madera que se ponían  al principio de la rampa principal para retirarlas a su finalización. También se instaló freno en algunas de las locomotoras, en vez de llevarlo sólo el tender tal como era costumbre en la época.


Esquema del trayecto entre Córdoba y Cerro Muriano, el perfil más duro de la línea (Imagen: Geografía de los ferrocarriles españoles/H. Lartilleux)

Por otra parte, aunque la mayor parte del recorrido de los trenes cargados era descendente, existían algunas cortas contrapendientes que requerían de un marcado esfuerzo de tracción. Para resolverlo se descartaron en principio las dobles tracciones, ya que las locomotoras encargadas de darlas permanecerían ociosas gran parte del tiempo.  Lo que se hizo fue un estudio comparativo de ventajas e inconvenientes entre la utilización de potentes locomotoras tipo 040 o la de locomotoras con tender motor. Eran éstas unas máquinas, en principio de tipo 030,  dotadas de un tender con tres ejes acoplados y dos cilindros en su parte delantera. A éstos se les podía inyectar vapor por un conducto desde la locomotora cuando se hacía necesario conseguir un mayor esfuerzo de tracción mediante el incremento del peso adherente. 


En este excelente croquis de Pedro Pintado en el libro de Fernández Sanz Ferrocarriles de Andaluces se muestra la primera locomotora dotada de tender motor para el Córdoba a Belmez.

En principio se optó por esta alternativa y se planificó la adquisición de de cuatro locomotoras de este tipo para integrar la serie 101 a 104. Se recibieron y pusieron en explotación dos de ellas, pero pronto se vio que la caldera no producía el vapor necesario para las necesidades de explotación. Como consecuencia, se desechó esa solución y las otras dos locomotoras -103 y 104- se sirvieron ya sin tender motor, mientras que las citadas 101 y 102 volvieron a la configuración 030. Al mismo tiempo, se optó por la utilización de locomotoras tipo 040. De éstas son de las que tratamos en esta entrada.

No le fue difícil a la compañía conseguir esas locomotoras y quizás esta facilidad influyó también en la decisión tomada.  Como se ha comentado en alguna otra ocasión el ferrocarril de Ciudad Real a Badajoz había adquirido un número desproporcionado de locomotoras de este tipo y buscaba su venta a otras compañías. También, como ya vimos en otra entrada, cuatro de ellas fueron adquiridas por el ferrocarril de Zaragoza a Pamplona. Pues bien, otras diez fueron adquiridas por el Córdoba a Belmez. Cabe añadir que, además, eran locomotoras bien conocidas en la compañía por haber sido alquiladas algunas de ellas para la construcción de la línea. La compra tuvo lugar en 1872 y probablemente recibieron la numeración 113 a 122 manteniendo la original de su compañía de procedencia. 

Eran locomotoras construidas por Cail con 602 CV de potencia, un diámetro de ruedas de 1,3  metros y un esfuerzo de tracción de 8125 Kg. La superficie total de calefacción era de 172 m2 y la de rejilla de 2,40 m2. Por su parte el tender podía cargar hasta 6000 kg de carbón y 7,5 m3 de agua. Tenían la particularidad de que el forro de la caldera era de latón pulido y por eso las llamaban "las doradas". Esta denominación se la comunicó a Fernández Sanz un veterano ferroviario de Málaga; sin embargo, no parece que llegaran así a RENFE y desde luego no fueron conocidas popularmente bajo esta denominación.

La 218 de Andaluces, RENFE 040-2205, tal como aparece en el álbum de material motor de RENFE de 1947. No parece conservar ya el forro de latón pulido.


Durante muchos años estas locomotoras fueron las encargadas del arrastre de los trenes de mineral por esta línea. Tras su integración en Andaluces fueron renumeradas como 213 a 222

La única incidencia verdaderamente significativa fue la elección de dos de ellas, las 216 219, para integrarlas en el amplio programa de transformación que llevó a cabo Andaluces en los primeros años del siglo XX. Fue motivado por la necesidad de disponer de locomotoras más potentes, pero de relativo poco peso por eje, y la gran dificultad para adquirirlas en Europa debido a la Primera Guerra Mundial. De esta forma Andaluces convirtió un buen número de sus locomotoras de rodaje 030 al 130 y en el 140 a estas dos 040 del Córdoba a Belmez.  Las locomotoras en cuestión vieron ampliado su hogar y alargada su caldera, con lo que se logró un incremento de potencia aumentando las cargas remolcadas en un quince por ciento y logrando una reducción del consumo de combustible de un diez por ciento. 

Pero antes de esa transformación, y dado que estas locomotoras mostraron un comportamiento excelente, cuando Andaluces decidió en 1891 la compra de ocho nuevas 040 para la línea de Puente Genil a Linares optó por este mismo modelo,  aunque en este caso fueron construidas por Saint Leonard. Se numeraron a continuación de las del Córdoba a Belmez con los números 223 230. También dos de ellas, las 223 227, fueron transformadas al rodaje 140 en los primeros años del siglo XX.

Al integrarse en RENFE, las 040 formaron la serie 040-2201 a 040-2208 y 040-2211 a 040-2216.  Por su parte, las cuatro transformadas al rodaje 140 fueron integradas en la corta serie 140-2021 a 140-2024Con la llegada de locomotoras más potentes a su línea original, nuestras locomotoras pasaron a trabajar en orografías más suaves. Poco a poco todas fueron recalando en el depósito de Puente Genil. Desde ahí se las podía ver sobre todo por Jaén, Espeluy y en general por toda la famosa "vía del aceite" entre Jaén y Campo Real.

Su adecuación a los servicios de esta línea hizo que se mantuvieran operativas hasta bien mediada la década de los sesenta, arrastrando tantos trenes de mercancías como mixtos y algún ómnibus. Fue bastante usual verlas arrastrando aquellos primeros coches de viajeros de las clases 7000 y 7100 denominados yenkas o góndolas, que tan incómodos eran,  pero que en muchas zonas supusieron un importante salto cualitativo desde los antiguos coches de madera de dos ejes. 

De estas locomotoras, mi amigo el maquinista jubilado Manuel Sánchez Solano que trabajó con ellas en la citada "vía del aceite" dice lo siguiente en su libro "Maquinista por vocación": "Locomotoras difíciles de trabajar el fuego, no tenían bascula, las escorias había que sacarlas por la boca portilla con una pala especial y debido a la mala calidad de los combustibles existentes en toda Andalucía el fuego había que limpiarlo cada dos o tres trayectos, así como la caja de humos que se ponía al rojo por el arrastre del carbón menudo ardiendo y que no era posible quemarlo en el cajón de fuegos".

Veamos a continuación algunas imágenes de ellas, ya en RENFE, ya que no me ha sido posible localizar ninguna mientras sirvieron en Andaluces



La 040-2201 en Puente Genil en los años sesenta (Trevor Rowe/cortesía J.A. Méndez Marcos)




De nuevo la 040-2201 en el depósito de Puente Genil en octubre de 1966. A su lado una de las cuatro transformadas a rodaje 140 (J. Jarvis/cortesía J.A. Méndez Marcos)








La 040-2202 en Córdoba en 1964  (autor desconocido/a través de J.A. Méndez Marcos)


La 040-2203 en reserva de maniobras en Jaén-Los Fratres en 1966 (autor desconocido/a través de J.A. Méndez Marcos)



La 040-2204 en Jaén en 1966 ( L.G. Marshall)


De nuevo la 040-2204 en Puente Genil en agosto de 1966 (autor desconocido/cortesía J. A. Méndez Marcos)


 La 040-2206  en Espeluy en 1955 (Karl Wyrsch)




La 040-2207, también en Espeluy (J. Jarvis)


La 040-2211, anterior 224 de Andaluces, en Ronda en julio de 1964 (P. Sharpe)


La 040-2212 con un mercancías de Campo Real a Jaén (J. Wiseman)



                                     040-2212 en Andújar en febrero de 1965 (J. Wiseman)






La 040-2214 en Puente Genil en marzo de 1966. Parece arrastrar una composición mixta con dos coches "yenkas" en el extremo. A no perder de vista el antiguo coche de viajeros a la derecha que probablemente formaba parte de algún tren de socorro (Foto: J. Jarvis)



La 040-2215 en octubre de 1966 Puente Genil, todavía operativa, pero muy cercana ya a su desguace (Foto: G. Stacey)
La 040-2216 en Jaén en 1966 con un coche "yenka" (Foto J. Jarvis)


Pasamos ahora a las cuatro modificadas a tipo 140, de las que Sánchez Solano comenta lo siguiente: "También circulaban por esta línea cuatro locomotoras tipo 140-2021 hasta la 140-2024 con algo más de potencia; las conocíamos como "trompos" y tenían mala fama porque descarrilaban con bastante frecuencia".



La antigua 208 de Andaluces fue modificada y convertida a rodaje 140. Pasó a RENFE como 140-2021 (J. Wiseman)


De nuevo la 140-2021. Luque, marzo de 1963  (L. G. Marshall)


La misma locomotora en Puente Genil (autor desconocido/cortesía J.A. Méndez Marcos)





La antigua 223 de Andaluces transformada y matriculada en RENFE como 140-2024. Estación de Luque (Foto: Juan B. Cabrera)


Otra magnífica imagen de la 140-2024 en la estación de Luque (Foto: Juan B. Cabrera)

Tanto unas como otras fueron desguazadas entre 1966 y 1967, la mayoría o todas ellas, en su  "casa" de tantos años: Puente Genil.

La 2205 en Puente Genil, ya apartada para el desguace en 1966 (autor desconocido/cortesía J.A. Méndez Marcos)

En 1957 un grupo de ferroviarios de la "Vía del Aceite" se fotografiaron junto  a la 2211 en Torredelcampo. Sirva esta imagen como mi recuerdo y homenaje a todos ellos (foto publicada en el suplemento "Por toda la Red" de la revista "Vía Libre")


FUENTES CONSULTADAS:


Fernández Sanz, F. (2010): Locomotoras de Andaluces. Historia de la tracción vapor en España. Tomo III. Ed. Revistas Profesionales

Marshall, L. G. (1987): Los tiempos del vapor en RENFE. Aldaba ediciones 

Marshall, L. G. (1998): Recuerdos del vapor en RENFE. Ediciones Trea

Wiseman, J. (2008): Trenes y tranvías en el sur de España. Ediciones Trea

Sánchez Solano, M. (2018): Maquinista por vocación. Ed. Punto Rojo.

Fototeca ferroviaria de Juan Antonio Méndez  Marcos

Forotrenes