Entrada publicada originalmente en julio de 2014 y revisada y ampliada en enero de 2017
Nunca me han atraído mucho aquellos primitivos automotores de construcción artesanal, que en el fondo eran coches de viajeros con motor. Pero cuando conocí la historia de aquel vehículo que fue el primero de la variopinta serie de los "nuevemiles" de RENFE, así como la de la línea Cinco Casas-Tomelloso en la que estuvo durante sus 29 de años de vida, me pareció que merecía la pena contar su humilde existencia.
Ya desde el último tercio del siglo XIX Tomelloso buscaba el ferrocarril como medio idóneo de salida de su producción de vino y alcohol. Durante un tiempo se intentó que por allí pasara alguna de las principales líneas radiales pero, al no conseguirlo, se afanó por construir un pequeño ferrocarril que lo conectara con la línea general de Andalucía, en un lugar cercano a Argamasilla de Alba -por donde también pasaría- y que con el tiempo se acabaría llamando Cinco Casas.
Tras muchas vicisitudes se constituyó la compañía y el ferrocarril pudo inaugurarse en 1913, aunque a Tomelloso llegó en enero de 1914. Desde el principio arrastró problemas económicos y, de una forma u otra, siempre estuvo bajo la sombra de la MZA: unas veces alquilando locomotoras y otras cediendo la explotación.
El director de la compañía, Francisco Martínez Ramírez, conocido por "el obrero", parece que era una persona muy dinámica y emprendedora y buscaba formas de abaratar la tracción vapor. Lo cierto es que en un viaje a Norteamérica en 1919 adquirió dos locomotoras (tractores) de gasolina de distinta potencia (la verdad es que esta iniciativa en aquella época me resultó sorprendente desde que la conocí). Se trataba de una Cummings de dos ejes matriculada como AT- 1 y que parece que pasó a RENFE de forma muy efímera con la matrícula 10001, y constituyendo el primer o único ejemplar de lo que hubiera sido la serie 10.000 de tractores térmicos de la compañía.
La otra, de tres ejes, era una McKeeen matriculada con el número AT-2 (aunque Javier Aranguren en su libro "Automotores españoles" no cree que existió esa matrícula) y que no parece que llegara a RENFE.
Pero quizás, en aquella visita, Francisco Martínez conoció algunos pequeños automotores también con motor de gasolina y volvió con la idea de construir uno para su línea. Ni corto ni perezoso eligió para la transformación su propio coche de director y la llevó a cabo en 1922, utilizando para ello un motor de automóvil Overland de muy poca potencia, una caja de cambios y una transmisión por cadena a uno de sus dos ejes. Al no disponer de radiador se dispusieron debajo de los asientos dos depósitos de agua con una capacidad total de 500 litros (supongo que para una circulación continua de agua fría). Además, para aumentar el esfuerzo de tracción, que era de 600 kg, se le colocaron ruedas de menor diámetro (0,550 m). Su capacidad era de 18 viajeros en general y cinco en la plataforma-balconcillo, y tenía una única cabina de conducción en el testero opuesto al citado balconcillo. En el interior de este testero mantuvo -o instaló de nuevo, no lo sé- un par de grandes espejos como los que antiguamente se colocaban en las barberías. Ello dio lugar a que al pequeño automotor se le conociera por este nombre (supongo que cuando alguien de Tomelloso o Argamasilla decía que se iba a la barbería habría que aclarar a cual de ellas!).
La barbería -o el barbería- llevó el número AT-4 dentro de la numeración general de todos los vehículos de tracción de la compañía (los números 3, 5 y 6 correspondían a locomotoras de vapor). Algún año después recibió un motor Chevrolet de 18 CV, y en 1934 éste fue cambiado por un Ford de parecida potencia.
Algunas informaciones apuntan a que se transformaron cuatro coches en automotores, pero son datos confusos. Lo que sí parece confirmado es que se prepararon dos remolques de automotor a partir de sendos coches de viajeros y que hubo un tercer remolque mixto furgón-tercera clase.
El director de la compañía, Francisco Martínez Ramírez, conocido por "el obrero", parece que era una persona muy dinámica y emprendedora y buscaba formas de abaratar la tracción vapor. Lo cierto es que en un viaje a Norteamérica en 1919 adquirió dos locomotoras (tractores) de gasolina de distinta potencia (la verdad es que esta iniciativa en aquella época me resultó sorprendente desde que la conocí). Se trataba de una Cummings de dos ejes matriculada como AT- 1 y que parece que pasó a RENFE de forma muy efímera con la matrícula 10001, y constituyendo el primer o único ejemplar de lo que hubiera sido la serie 10.000 de tractores térmicos de la compañía.
Aunque la imagen está deformada es la mejor que he podido encontrar de la locomotora Cummings AT-1 (foto: autor desconocido)
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La otra, de tres ejes, era una McKeeen matriculada con el número AT-2 (aunque Javier Aranguren en su libro "Automotores españoles" no cree que existió esa matrícula) y que no parece que llegara a RENFE.
Un tractor o locomotora McKeen como la AT-2 del Argamasilla-Tomelloso (foto: autor desconocido) |
Pero quizás, en aquella visita, Francisco Martínez conoció algunos pequeños automotores también con motor de gasolina y volvió con la idea de construir uno para su línea. Ni corto ni perezoso eligió para la transformación su propio coche de director y la llevó a cabo en 1922, utilizando para ello un motor de automóvil Overland de muy poca potencia, una caja de cambios y una transmisión por cadena a uno de sus dos ejes. Al no disponer de radiador se dispusieron debajo de los asientos dos depósitos de agua con una capacidad total de 500 litros (supongo que para una circulación continua de agua fría). Además, para aumentar el esfuerzo de tracción, que era de 600 kg, se le colocaron ruedas de menor diámetro (0,550 m). Su capacidad era de 18 viajeros en general y cinco en la plataforma-balconcillo, y tenía una única cabina de conducción en el testero opuesto al citado balconcillo. En el interior de este testero mantuvo -o instaló de nuevo, no lo sé- un par de grandes espejos como los que antiguamente se colocaban en las barberías. Ello dio lugar a que al pequeño automotor se le conociera por este nombre (supongo que cuando alguien de Tomelloso o Argamasilla decía que se iba a la barbería habría que aclarar a cual de ellas!).
Esquema del AT-4 (Javier Aranguren) |
La barbería -o el barbería- llevó el número AT-4 dentro de la numeración general de todos los vehículos de tracción de la compañía (los números 3, 5 y 6 correspondían a locomotoras de vapor). Algún año después recibió un motor Chevrolet de 18 CV, y en 1934 éste fue cambiado por un Ford de parecida potencia.
Algunas informaciones apuntan a que se transformaron cuatro coches en automotores, pero son datos confusos. Lo que sí parece confirmado es que se prepararon dos remolques de automotor a partir de sendos coches de viajeros y que hubo un tercer remolque mixto furgón-tercera clase.
Al finalizar la guerra civil, la gran escasez de combustible obligó a instalarle al AT-4 un gasógeno Balletbó en los talleres de Madrid. Parece ser que, mientras el tiempo estaba seco no daba problemas, pero en cuanto llovía el filtro se mojaba, no dejaba pasar el gas y las dificultades se multiplicaban. Al constituirse RENFE, "la barbería" quedó integrada en la serie "nuevemil" de automotores y, debido a ser el de más escasa potencia de todos ellos, se convirtió en el más bajo de la serie con el número 9001. Durante unos años continuó funcionando a trancas y barrancas hasta que el 31 de enero de 1952 (aunque en el libro de Javier Aranguren se habla de 1950) sucedió un fatal accidente: el gasógeno explotó, el automotor se incendió, falleció un ferroviario y su conductor quedó gravemente herido.
Ahí acabó la pequeña pero azarosa historia de "la barbería". No se si fue a partir de ese momento cuando empezaron a circular por la línea otros automotores o ya, durante años atrás, fueron sustituyendo a la tracción vapor. Gracias a la activa colaboración de personas de Argamasilla y de Tomelloso para la celebración del centenario de esta línea, han salido a la luz a través de Facebook algunas fotografías - que he tomado prestadas- de algún zaragoza reformado e incluso de la "littorina" 9217 que también sirvió en la línea.
También circularon por ella algunos ferrobuses, supongo que hasta el cierre del servicio de viajeros en 1970, mientras que del transporte de mercancías, que se prolongó hasta finales de los 80, se ocuparía cuando fuera oportuno alguna 1900 0 10800 de Alcázar.
Como se ve se trata de una historia interesante y entrañable pero de la que desconozco bastante detalles. Me gustaría que pueda ser completada por algún lector que la conozca más profundamente .
FUENTES CONSULTADAS
Aranguren, J (1992): Automotores españoles. Autoedición
Calvera, J (2009): Automotores diesel ancho ibérico español. Editorial Revistas Profesionales
Perís, J. (2012) : Argamasilla a Tomelloso. Web Spanish railways
FUENTES CONSULTADAS
Aranguren, J (1992): Automotores españoles. Autoedición
Calvera, J (2009): Automotores diesel ancho ibérico español. Editorial Revistas Profesionales
Perís, J. (2012) : Argamasilla a Tomelloso. Web Spanish railways
Muy buen artículo. Muy interesante. Gracias por difundir estas pequeñas trazas de historia.
ResponderEliminarMe alegra que le haya resultado así. Está escrito con mucho cariño por estos humildes vehículos y las personas que estaban tras ellos.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
Muchas gracias Howard y enhorabuena por esa estupenda página. Intentaré visitar la exposición; me atrae muchísimo!
ResponderEliminarSaludos
Hola Àngel, como siempre un excelente artículo, dada la escasez de información que hay al respecto. Me satisface enormemente que des divulgación a un tipo de material motor que parece tener pocos adeptos (yo entre ellos).
ResponderEliminarQuisiera comentar que esta fotografia que tienes en la cabecera està volteada horizontalmente. Puede apreciarse porque en lugar de leerse AT a la izquierda, se lee TA a la derecha. Tal como está esta fotografía viene publicandose en modo espejo, creo, desde que Josep Calvera editó su primer monográfico de automotores diesel.
Esta fotografía está muy retocada y desde hace mucho tiempo, es decir que las tecnicas utilizadas para hacerlo son del todo artesanales y con los recursos de la época, seguramente, ácido, tinta china y pincel.
No se de donde la saqué, pero tengo una fotografía que parece ser la original de ésta. Díme donde puedo mandartela y lo haré encantado. A la vista de la fotografia original, puede entenderse el interés del autor en retocarla, ya que el original tiene mucho contraste, casi no hay grises. Pero a pesar de ello pueden verse detalles que aqui han desaparecido, como por ejemplo la sujeción con remaches de los elementos estructurales, los marcos de las ventanas deslizantes, que en la versión retocada han sido repasadas con lineas, una rejilla de ventilación casi desaparecida, etc. Pero lo más importante es que en la versión retocada, en la tercera ventanilla empezando por la izquierda ha desaparecido una porción de los "espejos" que tu mencionas.
Con el original a la vista, apreciando la profundidad que se vé, incluyendo un muy leve fondo en ambos espejos, yo personalmente llego a la conclusión que son dos ventanillas y no espejos. Refuerzo mi suposición con el siguiente dato: Si realmente fueran espejos, no reflejarian tal cantidad de luz y además integramente en toda su extensión. Yo creo que reflejarian poca iluminación y en cualquier caso de forma parcial, coincidiendo el reflejo con alguna ventana central.
Por lo que yo creo, y és solo mi teoria, que el espejo que se menciona en algunos escritos, es central. Fijado por detrás de la puerta y posiblemente de la misma forma que las ventanas.
Además de todo ello quería comentarte por si fuera de tu interés que he realizado un proyecto tridimensional de este automotor, lo cual me permite hacer recreaciones fotorealistas desde cualquier ángulo permitiendo una mejor comprensión volumétrica. Estoy en un proyecto a escala de este automotor escala H0 en Parvus, y me documento también gráficamente. Si deseas hechar un ojo a alguna de estas fotografias virtuales, cuenta con ellas. Recibe un cordial saludo. ¡Ah! y disculpa la extensión del comentario.
Hola de nuevo Jordi. Muchas gracias por tu información. A mi también me encantan este tipo de automtores...y toda la "sociología" unida a ellos, quizás porque todavía tuve la suerte de viajar en algún "zaragoza". Por supuesto me encantará recibir esa imagen, subirla al blog y, si te parece, acmpañarla con los comentarios que aqui me haces. Me la puedes enviar a angel.rivera8@gmail.com También me encantará ver las fotografías virtuales.
ResponderEliminarSi me da tiempo, la semana que viene sacaré la revisión de los "villacañas" y ahí colocaré y comentaré tu foto debidamente.
Gracias de nuevo, Un saludo.
Estimado Howard, nunca he tenido el más mínimo interés de ocultar ninguna autoría...¿que sentido tendría? Si me das una referencia o algo en que basarme en relación con tu encuentro de la foto, estaré encantado de ponerlo. En cualquier caso sí te agradecería que no utilizaras palabras insultantes al dirigirte a mí, no hay ninguna necesidad. Un saludo.
ResponderEliminarEstimado Howard, no logro entender tu enfado conmigo. Hace mucho tiempo que no he reeditado la entrada a que te refieres. Por eso no entiendo lo del "corta y pega"; señálame en concreto dónde crees que lo he hecho, por favor. En cualquier caso, no es ese mi estilo y cuando tomo información de otras fuentes siempre las cito. Estaré encantado de aclarar contigo todo esto. Pásame cualquier publicación o enlace que tengas y me referiré a ello con mucho gusto. Un saludo.
ResponderEliminarA ver Howard, yo creo que no es necesario que ni tú ni yo nos quedemos con mal sabor de boca. Voy a revisar cuidadosamente esa entrada -ya te dije que hace mucho tiempo que no lo hago- y reconocer de paso todo tu trabajo y dedicación a ese ferrocarril. Si te parece me puedes decir qué procedencia tiene cada foto en cuestión, el enlace a la página de facebook y cualquier otra información que estimes oportuna. Por mi parte me referiré también a la exposición que organizaste. Espero que ello sirva para mejorar la entrada, pero si por alguna razón no quieres tampoco hay problema; quitaré las fotos en cuestión y utilizaré las que pueda tener el Archivo Ferroviario y las que figuran en el artículo de Manuel González Márquez en la Revista de Historia Ferroviaria. Lo único que pretendo es que no haya ninguna rencilla ni rencor, no hay necesidad.
ResponderEliminarUn saludo cordial.