1882
Unas "gallegas" ilustradas
Como refería en una entrada anterior la Compañía del Ferrocarril de Asturias, Galicia y León (AGL) se creó en 1880, tras la adquisición en subasta pública de la anteriormente quebrada Compañía del Noroeste o de Palencia a Ponferrada, que casi desde la fecha de su creación en 1862 siempre mantuvo una delicadísima situación económica. Sin embargo, la nueva compañía empezó con fuerza dado que estaban tras ella un grupo de banqueros franceses e incluso la Compañía del Norte, quizás con la intención de absorberla en unos pocos años, tal como realmente ocurrió.
Y la fuerza se demostró con creces a través de unos pedidos iniciales de 36 locomotoras tipo 030 y 24 del 220. Son cantidades que parecen exageradas para las necesidades de aquellos momentos pero que posiblemente tuvieron como propósito una posterior renovación del parque motor de la Compañía del Norte, beneficiándose de este modo de algunas franquicias arancelarias. Dado que las 030 ya se han tratado en una anterior entrada, es ahora el turno de las 220.
Estas veinticuatro locomotoras estaban pensadas para prestar servicios en las zonas más llanas de las líneas de la compañía y muy especialmente entre Palencia y León. Fueron fabricadas por la factoría Hartmann y correspondían al modelo más avanzado de la época para máquinas de gran velocidad. Estaban dotadas de una gran estabilidad, tanto por el diseño de su bogie delantero -totalmente innovador en aquella época- como por la colocación del último eje tractor bajo el hogar. Su potencia era de 653 CV, el esfuerzo de tracción de 4420 kg, con un timbre de 10 kg/cm2. La superficie total de calefacción era de 116 m2 y la de rejilla de 2 m2. El diámetro de las ruedas motoras era de 1,550 m, en principio un poco bajo para máquinas de velocidad pero suficiente para la velocidad de entre 60 y 70 km/h que se podían llegar a desarrollar por las vías españolas. Además su distribución era exterior -una novedad en aquel momento- mediante sistema Allan. Por su parte el tender podía albergar hasta 8,3 m3 de agua y cargar cinco toneladas y media de carbón.
En 1882 se recibió el primer lote de doce máquinas, en el 1883 llegaron once más y en 1884, la hizo la última. Fueron numeradas del 71 al 94 y todas recibieron nombres de personajes famosos tales como Magallanes, Fray Luis de León, Hernán Cortés o Berruguete.
La 74, "Verea" (álbum de la Compañía del Norte) |
La 84 "P. Isla" (autor desconocido. A través de J.A. Pacheco) |
La 79 bajo el puente de Ozas (As Xubias) La Coruña (autor desconocido/cortesía J.A. Méndez Marcos)
Una "gallega" no identificada en cabeza del ¿expreso de Madrid? en la estación de Irún (archivo F. Fernández Sanz) |
Tras ser relevadas progresivamente en estos servicios muy a principios del siglo XX por las locomotoras de la serie 1900 (tipo 230), unas quedaron asignadas al arrastre de trenes de cercanías en la zona de San Sebastián y otras hacían recorridos entre Miranda de Ebro y Zaragoza, ciudad donde finalmente fueron concentradas para cercanías y para servicios en la línea de Canfranc.
La primera en ser desguazada fue la 80 en 1926 y algunas otras lo fueron en años posteriores. De esta forma, cuando se constituyó RENFE ya sólo quedaban nueve ejemplares (las 71, 72, 76, 79, 82, 83, 85, 91 y 94). Formaron la serie 220-2011 a 220-2019 y mantuvieron sus placas originales con sus nombres.
Una ubicación curiosa: la 79 ahora en marzo de 1935 en la inauguración del trayecto ensanchado entre Silla y Cullera (autor desconocido/cortesía J.A. Méndez Marcos)
Prestaron servicio en los depósitos de Lérida, Zaragoza-Arrabal y Miranda de Ebro. Ya en 1943 se desguazó la 2014 mientras que la 2015 fue vendida a una fábrica de textiles de Miranda. En 1949 quedaban dos en Lérida, otras dos en Miranda y tres en Zaragoza-Arrabal. Ya en 1954 todavía quedaban cinco en Lleida y una en Miranda, aunque se desguazaron al año siguiente.
Uno de los servicios de estas locomotoras durante su pertenencia al depósito de Zaragoza fue la tracción de algunos trenes en la corta línea de Tudela a Tarazona tras su conversión de ancho métrico a ibérico en 1952 (autor desconocido/cortesía J. A. Pacheco)
Todavía quedaba una esperanza de haber conservado un ejemplar de esta importante y significativa serie ya que la en la Azucarera de Toro aún quedaba a principios de los setenta la número 87 "Ercilla" que había sido vendida previamente por la Compañía del Norte a la Azucarera de Luceni.
La 87 ya retirada en la Azucarera de Toro en los años setenta. ¡Qué ocasión para haberla preservado! (autor desconocido/colección Miquel Gurgui/cortesía Jesús Carballo)
En cualquier caso, una vez más, nadie se interesó por la preservación de alguna de ellas y hoy nos es imposible contemplar a una de las mejores locomotoras de viajeros de finales del siglo XIX.
BIBLIOGRAFÍA:
Reder, G. y Fernández Sanz, F. (2011): Locomotoras de la Compañía del Norte. Tomo II de la Historia de la Tracción Vapor en España. Revistas Profesionales.
Muy bonitas y elegantes máquinas,creo que sólo con ver su buen
ResponderEliminaraspecto ya sugería ese buen resultado y prestaciones que ofrecían,aunque,de dimensiones un poco modestas junto a las
composiciones de los más prestigiosos trenes que encabezaban,
seguían ofreciendo esa sensación de potencia y solvencia en
cabeza...Curiosos los emplazamientos finales de la serie,algo
bastente habitual entre sus contemporáneas,incluso en ubicaciones industriales,lástima de la no conservación de
ningún ejemplar,pero,al menos,en las imágenes se puede disfrutar de su gran elegancia y acertado diseño...La imágen 2
tal como indica Guillermo sí que sugiere el ser un "fotomontaje",dada la claridad visual
de la locomotora en sí en contrapartida con el aspecto más
"borroso" de la rotonda de Monforte y el material y quizá la
posición de la misma locomotora respecto a la rotonda...
Impagables,desde luego el resto de imágenes,combinando ese
encanto tan ferroviario de toda una época y el de las propias
locomotoras en si...