Revisado en enero de 2015
En 1977 acariciaba la idea de ir a Cuenca ya que, a través del libro clásico de P. Ransome-Wallis Preserved steam locomotives of western Europe, me enteré de que en el cocherón del su antiguo depósito -quizás mejor, reserva de vapor, estaban algunas locomotoras preservadas para el futuro Museo del Ferrocarril. Según la reseña de Ransome, estarían allí la réplica de la Mataró, construida por la Maquinista en los años 40 para la celebración del Centenario del ferrocarril en España, junto con los coches de viajeros construidos con el mismo fin, es decir, el denominado Tren del Centenario. Deberían estar además, la 030-2107 El Alagón, la 030-2264, la 040-2091 El Cinca y ya, pertenecientes a una nueva generación, la "mastodonte" 240-4001 y la "1700" 241-2001.
Hice el viaje un domingo de mediados de junio de 1977. Tomé en Aranjuez el Talgo Madrid-Valencia que debería llegar a Cuenca a las 11,30. Cual no sería mi sorpresa al ver aparecer a la cabeza del tren una locomotora de la serie 3000T, concretamente la 3003T Virgen del Yugo, recién pintada y bruñida. Yo esperaba una 2000T, que eran las que habitualmente se ocupaban de este servicio; después me enteré que las 3000T habían dejado de prestar servicio en otras líneas ya electrificadas, en la que habían sido sustituidas por las "japonesas", así como, en el trayecto Miranda-Bilbao, por aquel raro engendro surgido de la unión de dos de las primitivas locomotoras de la serie 1000T del Talgo II. A este respecto, hay que recordar que este talgo fue el que se ocupó originariamente del servicio rápido Madrid-Cuenca-Valencia sustituyendo, a mediados de los 60, a los automotores Fiat "littorinas" y a veces a los Renault. Siempre recuerdo verlo pasar por donde yo vivía con aquel sonido majestuoso de la sirena de su locomotora, una de aquellas míticas Virgen del Pilar, Virgen de Begoña, Virgen de Montserrat y Virgen de Aránzazu.
Lo primero que hice al llegar a Cuenca fue fotografiar a la 3003T. Inmediatamente y tras preguntar a un mozo de estación -todavía existián- me encaminé hacia el cocherón, distante unos 400 metros del edificio principal. Antes de alcanzarlo, vi llegar al supuesto ferrobús Valencia-Cuenca que esta vez había sustituido por una diesel 1900 y coches convencionales de viajeros tipo 5000 (por supuesto mucho más cómodos que el "ferro").
Llegado al edificio se me comunicó que tenía que esperar a hablar con el responsable. Mientras tanto fotografié -ahora si- a un ferrobús estacionado delante y que debía estar a la espera de hacerse cargo del siguiente servicio Cuenca-Madrid.
Delante del cocherón, se encontraba estacionado un ferrobús a la espera de su próximo servicio, probablemente un Cuenca-Madrid. Bajo la arcada de la derecha, ya se dejaba ver algo interesante. |
Tuve también la oportunidad de ver, antes de entrar, la llegada del TER Gandía-Castellón-Madrid, uno mas de los múltiples trenes que en aquella época circulaban por aquella línea en un tiempo de esplendor para ella.
En cualquier caso, estaba en ascuas para poder entrar. Veía sobresalir del cocherón un antiguo ténder y me emocionaba pensar lo que iba a encontrar allí dentro. Mi única preocupación era la poca luz que tendría para hacer buenas fotografías. Llevaba dos cámaras bastante rudimentarias y sólo una, la que llevaba cargada con el carrete de color, tenía flash. Por fin me autorizaron y entré. No estaba el Tren del Centenario...pero, lo que allí encontré, merece que le dedique otra entrada del blog.