1937
La curiosa historia de "Rácanos" y "Cochinitas"
Si bien ya en 1935 la Compañía de los Ferrocarriles del Oeste había llevado a cabo un estudio para la implantación de automotores en algunos de sus servicios, el comienzo de la Guerra Civil hizo que el proyecto quedara en suspenso. Sin embargo, en 1937, ocurrió un suceso por el cual se hizo posible contar con esos automotores. Se dice que las tropas de Franco detuvieron en las costas gallegas un barco que trasladaba hacia la zona republicana doce chasis de autobuses dotados seis de ellos de motores Chevrolet de unos 22 CV de potencia normal y los otros seis con motor Ford de idéntica potencia, y que quedaron confiscados. Sin que se conozcan bien los detalles, parece ser que la Compañía del Oeste, a través de su ingeniero jefe Enrique Lois, los adquirió para convertirlos en los deseados automotores. De ello se encargaron en los propios talleres de la compañía si bien la empresa Hermanos González, ubicada en el municipio pontevedrés de Porriño, construyó las carrocerías. Prestaron un humilde pero importante servicio durante la posguerra y fueron popularmente conocidos como "rácanos" en Castilla y "cochinitas" en Andalucía. En 1960 debían ya de darse de baja o reformarse a fondo. RENFE se decidió por esta segunda opción y nacieron los "talguillos" a los que más adelante se dedica una entrada. Si de éstos últimos tenemos bastante documentación gráfica, es muy poca la que tenemos de sus antecesores y se basa en casi su totalidad en las fotos que de ellos obtuvo Juan B. Cabrera en el área de Sevilla.
De ese modo tan rocambolesco al que me refería más arriba, la Compañía del Oeste dispuso de doce automotores que entraron en servicio de inmediato y que no eran otra cosa que pequeños autobuses ferroviarios, pero que ayudaban en buena medida a suavizar los problemas del transporte de viajeros en algunas líneas. Tenían 27 plazas entre bancos dobles y asientos plegables, un diámetro de ruedas de 85 cm en el caso de los Chevrolet y de 70 en el caso de los Ford, una velocidad máxima de 50 km/h y un esfuerzo de tracción de unos 500 kg en los primeros y de unos 600 en los segundos. Por supuesto, su transmisión era mecánica con embrague y cambio de marchas manual.
Como en aquella época a la compañía del Oeste le había sido encomendada la tutela administrativa de la Compañía de Andaluces, que había sido intervenida un año antes por el Estado, se decidió que seis de estos automotores -los Chevrolet- quedaran en las líneas del Oeste -con librea azul y crema- mientras que los otros seis pasaron a las de Andaluces. En ambas compañías recibieron la numeración WGM 1 a 6, siguiendo el tipo de matrícula adoptado para los automotores hasta la creación de RENFE. Cuando pasaron a ella se convirtieron en los 9002 a 9013.
Un esquema de estos automotores (Gabriel Sierra/del libro "Automotores Españoles" de Javier Aranguren) |
Los primeros servicios efectuados por los Chevrolet se desarrollaron entre Vigo y Santiago de Compostela.
Horarios de trenes en 1939 entre Vigo y Santiago de Compostela. Aparecen dos servicios diarios de ida y vuelta de "autovía" que seguramente fueron cubiertos por estos automotores.
Parece que también estuvieron durante algún tiempo al servicio de la Guardia Civil para funciones de vigilancia de los maquis en la línea de Astorga a Palazuelo-Empalme y, quizás sirvieron durante la posguerra en zonas de Castilla y León teniéndose constancia de algunos servicios entre Salamanca y Béjar y Salamanca y Benavente. Por su parte, los Ford de los antiguos Andaluces debieron ocuparse de servicios entre Sevilla y poblaciones cercanas.
Desgraciadamente no sabemos mucho más de su pequeña historia salvo que hacia 1953 cambiaron sus motores originales de gasolina por otros diésel de mayor potencia. Tampoco sabemos si permanecieron en sus destinos originales, pero al menos un par de ellos fueron fotografiados en Valencia en 1955.
Veamos a continuación algunas imágenes de estos automotores aunque sin tener una gran seguridad en algunas de las fechas atribuidas.
En ese mismo año de 1956, pero ya en diciembre, y en esta nueva foto de Juan B. Cabrera aparece uno de estos automotores con la librea unificada de RENFE (AHF/MFM) |
También en esa pequeña historia hay que reseñar que, en la jerga ferroviaria de la época, los Chevrolet del Oeste recibieron el apodo de rácanos...¿quizás por su rusticidad o poca velocidad?... mientras que en Andalucía los Ford fueron conocidos como cochinitas. En este último caso parece que la causa era su facilidad para descarrilar ante cualquier pequeña incidencia y acabar en sembrados donde este insecto por lo visto abundaba.
A finales de los cincuenta, ni los Chevrolet ni los Ford daban mas de sí y se planteaba su desguace o su reforma. Ésta última fue la opción elegida por RENFE en 1960 y la que dio origen al famoso grupo de los talguillos, del que nos ocuparemos en una siguiente entrada.
Dados que los doce automotores fueron reformados no nos queda ninguno de ellos en su versión original. Una lástima no haber podido conocer más a estos pequeños y entrañables autobuses de vía así como tampoco la gran cantidad de anécdotas del mundo rural que debieron darse y contarse en ellos.
FUENTES CONSULTADAS
Aranguren, J. (1992): Automotores españoles. Autoedición.
Casas, J.C. (2005): Salamanca y sus automotores. Globalia ediciones.
Calvera, J. (2009): Automotores diésel. Ancho ibérico español. Ed. Revistas Profesionales.
Calvera, J. (2016): Fichas de material motor RENFE: 1941-2016. Ed. Gestión Ferroviaria.
RENFE. Parque Motor vol. III
Fototeca del Archivo Histórico Ferroviario.
Fototeca del Archivo Histórico Ferroviario.