Entrada revisada y ampliada en noviembre de 2015
Conocí a un único ejemplar de la serie 307 casi por los pelos. En agosto de 1992, dando vueltas por la estación de Oviedo, vi estacionada a una locomotora diesel desconocida para mí. Me acerqué y vi que era la 307-008 y, por supuesto, la fotografié de inmediato. Me gustó su estética, quizás algo más airosa que otras locomotoras de su tipo y, lógicamente, quise saber más de ella.
307-008 en Oviedo en agosto de 1992. Un poco sucia pero conservando su elegancia (Foto: Ángel Rivera) |
Lo primero de lo que me enteré es que era la única serie de locomotoras diesel europeas -y más concretamente, francesas- que había en RENFE hasta mediados de los 80, ya que el suministrador básico había sido siempre Estados Unidos a través de ALCo y General Motors.
Las 307 fueron construidas por la firma Brissoneau&Lotz entre 1963 y 1963 y montadas por Bacbock&Wilcox (B&W) y la Maquinista Terrestre y Marítima (MTM). Estaban financiadas por el programa Eurofima.
Eran locomotoras de carácter mixto que se podían emplear tanto para trenes ligeros como para movimientos en estaciones y depósitos. Su motor era un Sulzer, muy similar al de las locomotoras 303 y 305, aunque en este caso era sobrealimentado y alcanzaba los 725 CV. Su esfuerzo de tracción era de 10600 kg y la velocidad máxima 80 km/h.
La serie constaba de diez ejemplares que fueron repartidos a partes iguales entre los depósitos de Orense y Valencia. En este punto hay una cierta discrepancia en las fuentes informativas ya que otras afirman que los puntos de destino iniciales fueron Orense y Almería y que, estas últimas, fueron poco tiempo después trasladadas a Valencia donde, al final, se reagrupó toda la serie.
Fuera una u otra la secuencia temporal de destinos, no parece que en Almería los resultados fueran muy satisfactorios. Allí colaboraron en el transporte de mineral desde las minas del Marquesado hasta el puerto de esa ciudad, compartiendo tareas con los famosos tractores trifásicos y las efímeras locomotoras de la serie 21-24. Parece que también encabezaron algunos ómnibus entre Almería-Granada y Moreda. Fue un periodo de utilización intensa que puso de manifiesto la falta de potencia para esas tareas así como algunos problemas en los inyectores.
En Orense tampoco las cosas fueron muy bien. Se encargaron también de algunos ómnibus abarcando servicios desde Medina del Campo hasta Santiago y La Coruña. Fue sobre todo en el trayecto entre Puebla de Sanabria y Orense donde la falta de potencia volvió a ser evidente, llevándolas a no poder cumplir los tiempos de itinerario adjudicados a las locomotoras de vapor. Y parece que tampoco ayudaba a su prestigio su deficiente calefacción.
Todas estas circunstancias llevaron, como apuntaba antes, a reagrupar a toda la serie en el depósito de Valencia-Fuente de San Luis. No conozco la fecha exacta pero debió ser a finales de los 60, ya que las 1300, por las que fueron relevadas en Almería, empezaron a llegar a esa zona hacia 1966 y ese es también el año en que fueron retiradas también las locomotoras de la serie 21-24.
Pues bien, allí, en un terreno más propicio para ellas, su rendimiento fue más adecuado y fue también donde, por tanto, quedaron cerca de 20 años. Se ocuparon de distintos ómnibus en las cercanías de Valencia así como de trenes naranjeros, tanto arrastrándolos en doble tracción por la línea del Central de Aragón como maniobrando en estaciones con vagones portacontenedores.
Por fin, en 1988, se decidió su traslado progresivo al depósito de Oviedo, aunque allí ya solo llegaron ocho locomotoras ya que las 005 y 006 se quedaron en Valencia, donde fueron desguazadas en 1990. En 1988 llegaron la 001, la 004 y la 008. En 1989 lo hizo la 010 y en 1990 las 003, 007 y 009 y en 1991 la 002. Se ocuparon de maniobras en estaciones, sobre todo en Lugo de Llanera y de algunos trenes de cercanías e incluso la 009 estuvo alquilada algunos meses a la fábrica de cementos Olazagutia.
De todos modos su desguace se inició pronto. Al año siguiente de llegar, en 1989, ya lo hizo la 001. La 003 lo fue en el 1992 y el resto de la serie en 1998, si bien parece que todas las locomotoras estaban oficialmente dadas de baja desde 1994. Aún habiendo estado poco tiempo en Asturias, se hicieron familiares en la zona donde se las conocía por las valencianas. Desgraciadamente, una vez más, la falta de cultura ferroviaria de este país llevó a que no se preservara ninguna de ellas.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Arenillas, J: La tracción en los ferrocarriles españoles. Ed. Vía Libre
Varios: El Gran libro de las locomotoras españolas. Ed. Vía Libre
Las 307 fueron construidas por la firma Brissoneau&Lotz entre 1963 y 1963 y montadas por Bacbock&Wilcox (B&W) y la Maquinista Terrestre y Marítima (MTM). Estaban financiadas por el programa Eurofima.
La 307-005 (Foto: autor desconocido/ a través de Pacheco) |
La serie constaba de diez ejemplares que fueron repartidos a partes iguales entre los depósitos de Orense y Valencia. En este punto hay una cierta discrepancia en las fuentes informativas ya que otras afirman que los puntos de destino iniciales fueron Orense y Almería y que, estas últimas, fueron poco tiempo después trasladadas a Valencia donde, al final, se reagrupó toda la serie.
Fuera una u otra la secuencia temporal de destinos, no parece que en Almería los resultados fueran muy satisfactorios. Allí colaboraron en el transporte de mineral desde las minas del Marquesado hasta el puerto de esa ciudad, compartiendo tareas con los famosos tractores trifásicos y las efímeras locomotoras de la serie 21-24. Parece que también encabezaron algunos ómnibus entre Almería-Granada y Moreda. Fue un periodo de utilización intensa que puso de manifiesto la falta de potencia para esas tareas así como algunos problemas en los inyectores.
En Orense tampoco las cosas fueron muy bien. Se encargaron también de algunos ómnibus abarcando servicios desde Medina del Campo hasta Santiago y La Coruña. Fue sobre todo en el trayecto entre Puebla de Sanabria y Orense donde la falta de potencia volvió a ser evidente, llevándolas a no poder cumplir los tiempos de itinerario adjudicados a las locomotoras de vapor. Y parece que tampoco ayudaba a su prestigio su deficiente calefacción.
Todas estas circunstancias llevaron, como apuntaba antes, a reagrupar a toda la serie en el depósito de Valencia-Fuente de San Luis. No conozco la fecha exacta pero debió ser a finales de los 60, ya que las 1300, por las que fueron relevadas en Almería, empezaron a llegar a esa zona hacia 1966 y ese es también el año en que fueron retiradas también las locomotoras de la serie 21-24.
La 307-001 en Valencia-Fuente San Luis (Foto: Pere Corbella) |
Pues bien, allí, en un terreno más propicio para ellas, su rendimiento fue más adecuado y fue también donde, por tanto, quedaron cerca de 20 años. Se ocuparon de distintos ómnibus en las cercanías de Valencia así como de trenes naranjeros, tanto arrastrándolos en doble tracción por la línea del Central de Aragón como maniobrando en estaciones con vagones portacontenedores.
Una 307 maniobra en la estación de Benalúa, en Alicante (Foto: Thierry Lelou) |
Una 307 al frente de un tren regional de viajeros en la zona de Valencia. Los coches parecen ser los remolques Geathom integrantes del famoso Pájaro Azul (Foto: autor desconocido/a través de Pacheco) |
Por fin, en 1988, se decidió su traslado progresivo al depósito de Oviedo, aunque allí ya solo llegaron ocho locomotoras ya que las 005 y 006 se quedaron en Valencia, donde fueron desguazadas en 1990. En 1988 llegaron la 001, la 004 y la 008. En 1989 lo hizo la 010 y en 1990 las 003, 007 y 009 y en 1991 la 002. Se ocuparon de maniobras en estaciones, sobre todo en Lugo de Llanera y de algunos trenes de cercanías e incluso la 009 estuvo alquilada algunos meses a la fábrica de cementos Olazagutia.
La 307-004 en Asturias (Foto: Javier Fernández) |
De todos modos su desguace se inició pronto. Al año siguiente de llegar, en 1989, ya lo hizo la 001. La 003 lo fue en el 1992 y el resto de la serie en 1998, si bien parece que todas las locomotoras estaban oficialmente dadas de baja desde 1994. Aún habiendo estado poco tiempo en Asturias, se hicieron familiares en la zona donde se las conocía por las valencianas. Desgraciadamente, una vez más, la falta de cultura ferroviaria de este país llevó a que no se preservara ninguna de ellas.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Arenillas, J: La tracción en los ferrocarriles españoles. Ed. Vía Libre
Varios: El Gran libro de las locomotoras españolas. Ed. Vía Libre