1966
Las no muy queridas y desaprovechadas "panzudas"
En este contexto, a principios de la década de los sesenta, se inició la historia de las "cuatromil". En noviembre de 1964 RENFE publicó un concurso para "la adquisición de treinta locomotoras de línea de 4000 CV y sus piezas de repuesto". El proceso de resolución fue muy reñido y con muchas interrogantes técnicas ya que casi no existían experiencias con este tipo de locomotoras con tanta potencia en diésel. La factoría alemana Krauss-Maffei, asociada con Babcock&Wilcox fue la ganadora con su oferta de una locomotora de rodaje B´-B´con dos motores Maybach y transmisiones hidráulicas Mekydro, basadas en las famosas locomotoras germanas V 200. Esta elección significaba la llegada por primera vez del diésel europeo a RENFE. Hay comentarios de distintos tipos sobre esa decisión, e incluso quien cree que las cosas hubieran ido de otra manera si el concurso lo hubiera ganado la norteamericana ALCo, con su proyecto de, algo así, como una "super 2100", con una mecánica más conocida para RENFE. Sin embargo parece que el problema de esta alternativa era que tenía que utilizarse una transmisión eléctrica en corriente alterna, algo también muy poco experimentado en aquel momento. El hecho es que, también por primera vez, (exceptuando el caso de las 2000T mantenidas por Patentes Talgo) y quizás de forma prematura, las transmisiones hidráulicas llegaban a las locomotoras de línea de RENFE. Y eso marcó a las "cuatromil"
Mi encuentro más temprano con una "cuatromil" tuvo lugar en la estación de Algodor a mediados de la década de los setenta. Era mi primera salida de fotografía ferroviaria y había ido allí atraído por la presencia de tres Mikados que llevaban allí un tiempo apartadas. Cuando estaba fotografíandolas, escuché el ruido de un motor diésel a mis espaldas. Al volverme, me encontré con una "cuatromil" -la 018- arrastrando un tren de mercancías y también la fotografié con toda la rapidez que pude.
La 018 en Algodor con un tren de mercancías, a mediados de los setenta (Ángel Rivera) |
No podía saber en aquel momento que aquella tarea de la "cuatromil" la estaba condenando a ella, como al resto de sus "hermanas", a una muerte prematura, una muerte a los veinte años, tal como había ocurrido con aquellas Mikados a las que fotografiaba, y de las que me ocupé en la primera entrada de este blog. Una muerte joven es el inicio de un mito y más sí sobre lo que muere, estaban depositadas grandes esperanzas. Y no digamos si a ell0 se añade una imagen extraña, un punto desgarbada y algo gigantesca, como la que tenían estas locomotoras. Llamaba la atención su gran envergadura, sus pequeñas ruedas...y su impresionante frontal panzudo y, si se quiere, un punto "triste". "Torpedos verdes" las llamó el admirado Manolo Maristany... aunque para los ferroviarios sólo fueron las "panzudas".
Las "cuatromil" llevaban dos motores diésel Maybach de 16 cilindros en V y de unos 2000 CV cada uno, que accionaban a su correspondiente bogie de dos ejes a través de la citada transmisión hidráulica Mekydro. El freno era dinámico y de aire comprimido para la locomotora y de vacío para el tren. El esfuerzo contínuo de tracción era de unos 17000 kg con un máximo de 26000 kg, mientras que la velocidad máxima alcanzaba los 130 km/h. Podían funcionar hasta dos locomotoras en mando múltiple, pero no parece que se utilizara esa posibilidad muy frecuentemente. Dada su disposición de rodadura -sólo cuatro ejes- el peso por eje era bastante elevado y ese pudo ser el motivo de que no se las dotara de equipo de calefacción para el tren -como si llevaron las originales alemanas- por lo cual en las composiciones debía figurar -cuando era necesario- un vagón calderín. Era realmente un inconveniente pero había que tener en cuenta que muchos de los trenes que arrastraban lo necesitaban en cualquier caso, ya que parte de su recorrido lo hacían también con tracción eléctrica, y el problema era el mismo. Por lo que respecta a su aspecto externo, y además del diseño de sus frontales, llamaba la atención la gran altura a que se encontraban las cabinas de conducción ya que se estaban situadas sobre los equipos de transmisión.
Las "cuatromil" llevaban dos motores diésel Maybach de 16 cilindros en V y de unos 2000 CV cada uno, que accionaban a su correspondiente bogie de dos ejes a través de la citada transmisión hidráulica Mekydro. El freno era dinámico y de aire comprimido para la locomotora y de vacío para el tren. El esfuerzo contínuo de tracción era de unos 17000 kg con un máximo de 26000 kg, mientras que la velocidad máxima alcanzaba los 130 km/h. Podían funcionar hasta dos locomotoras en mando múltiple, pero no parece que se utilizara esa posibilidad muy frecuentemente. Dada su disposición de rodadura -sólo cuatro ejes- el peso por eje era bastante elevado y ese pudo ser el motivo de que no se las dotara de equipo de calefacción para el tren -como si llevaron las originales alemanas- por lo cual en las composiciones debía figurar -cuando era necesario- un vagón calderín. Era realmente un inconveniente pero había que tener en cuenta que muchos de los trenes que arrastraban lo necesitaban en cualquier caso, ya que parte de su recorrido lo hacían también con tracción eléctrica, y el problema era el mismo. Por lo que respecta a su aspecto externo, y además del diseño de sus frontales, llamaba la atención la gran altura a que se encontraban las cabinas de conducción ya que se estaban situadas sobre los equipos de transmisión.
Las diez primeras locomotoras se construyeron en Alemania por la propia factoría Krauss Maffei y se entregaron entre noviembre y diciembre de 1966 y enero de 1967.
Las otras veinte, del primitivo lote de treinta contratadas, lo fueron en la factoría bilbaína de Babcock&Wilcox a lo largo de 1967. Esta factoría fabricó posteriormente dos más, las 4031 y 4032, cuando se decidió la utilización de estas locomotoras en el "directo" de Burgos. Ambas se recibieron en 1969.
De esta forma, el 19 de julio de 1967 se presentaron en la estación de Príncipe Pío de Madrid las 4010 (última "alemana") y 4011 (primera "española").
Toda la serie quedó adscrita al depósito de Madrid-Atocha y ya en 1966, y tras las pertinentes pruebas -la mayoría de ellas en distintos trayectos de la línea de Madrid a Zaragoza- empezaron a prestar servicios con los mejores trenes de viajeros.
Las 4001 y 4002 durante su fase de pruebas en Alemania (Krauss-Maffei/CARRIL) |
Las otras veinte, del primitivo lote de treinta contratadas, lo fueron en la factoría bilbaína de Babcock&Wilcox a lo largo de 1967. Esta factoría fabricó posteriormente dos más, las 4031 y 4032, cuando se decidió la utilización de estas locomotoras en el "directo" de Burgos. Ambas se recibieron en 1969.
Montaje de las cuatromil en la factoría de Babcock&Wilcox (B&W/Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril) |
La 4001 en Cerro Negro en mayo de 1967 (AHF/MFM. Autor: Justo Arenillas)
La 4011, primera de las "cuatromiles" fabricada en España, recién salida de fábrica (Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril)
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Las 4011 y 4012, primeras fabricadas por B&W (Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril) |
De esta forma, el 19 de julio de 1967 se presentaron en la estación de Príncipe Pío de Madrid las 4010 (última "alemana") y 4011 (primera "española").
Toda la serie quedó adscrita al depósito de Madrid-Atocha y ya en 1966, y tras las pertinentes pruebas -la mayoría de ellas en distintos trayectos de la línea de Madrid a Zaragoza- empezaron a prestar servicios con los mejores trenes de viajeros.
Un fotógrafo desconocido obtuvo en mayo de 1966 esta foto de la 4006 -prácticamente de estreno- en cabeza del expreso Madrid-Barcelona cruzándose en Ariza con un correo con una 1900 "americana" en cabeza, máquinas que hasta entonces se habían ocupado de estos trenes. En cualquier caso la fecha es un poco dudosa porque en otras informaciones se dice que las primeras de la serie fueron entregadas por Krauss Maffei en noviembre-diciembre de ese año. Lo más probable es que esté tomada en 1967 (cortesía J.A. Méndez Marcos)
Un trayecto muy conocido, debido en buena medida a los atrayentes escritos del citado Manolo Maristany fue el de Madrid a Mora la Nova y retorno, en cabeza de los expresos o rápidos Madrid-Barcelona-Madrid. En el tramo citado, las cuatromiles sustituyeron a las "atómicas" 2200 de tracción vapor con un inicial gran disgusto de Maristany al ver aparecer en la noche de Mora, al efectuar el cambio de tracción, a aquel "torpedo verde" en vez de la admirada 2200.
En mayo de 1967 James Jarvis fotografió en Mora a la 4010 en cabeza, probablemente, de un rápido Madrid-Barcelona o viceversa |
La 4020 en cabeza, probablemente, del rápido Madrid-Barcelona. Madrid-Atocha; julio de 1969 (Carlos Escudero) |
"...También disfruté mucho con estas locomotoras remolcando los expresos hasta Mora la Nueva, "gasolinas" desde Puertollano a Madrid por Manzanares, Ciudad Real, etc. Su preparación, antes de iniciar viaje, era algo más complicada que en otras locomotoras diésel ya que había que rellenar con una cantidad considerable de aceite el cárter y las transmisiones; en total unos 40 0 50 kg que teníamos que transportar en carretillas de mano. Una vez en marcha no daban trabajo y remolcaba los trenes con una alegría única. Era una maravilla situarse en esa cabina tan amplia y a esa altura que imponía desde abajo".
En esta oportuna fotografía de L. G. Marshall tomada en Mora la Nova, la "bonita" o "atómica" 241F-2240 posa junto a su sustituta en el expreso Madrid-Barcelona: la "panzuda" o "torpedo verde" 4002. |
Las 4012 y 4013 en Bilbao-Abando en fecha desconocida (Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril) |
Otros de sus primeros servicios fue la tracción del "Iberia Expreso" vía Aranda de Duero o del "Puerta del Sol" también por la línea del "directo" de Burgos. Así mismo solía figurar en cabeza del "Lusitania expreso" o de algunos expresos entre Miranda de Ebro o Alsasua y Mora la Nova aunque durante un tiempo llegaban hasta Barcelona. Remolcaban también a la perfección algunos mercancías acelerados y trenes "naranjeros". En cualquier caso cabe hacer notar que su elevado peso por eje imposibilitaba su circulación por algunas líneas.
En febrero de 1970 una "cuatromil" da la doble a una "Mikado" en cabeza del rápido Irún-Zaragoza a su paso por una Alsasua nevada (Manolo Maristany)
Ya, a los tres o cuatro años de su entrada en funcionamiento, empezaron a estar aquejadas del "virus" que en no muchos años acabaría con ellas. De vez en cuando empezaron a hacerse cargo de algunos trenes de mercancías tipos 60/70/80 para completar turnos y por su problema congénito de falta de equipos de calefacción y de aire comprimido para el tren que dificultaba de forma creciente su utilización en trenes de viajeros.
Una doble de "cuatromiles" pasa por Caspe en cabeza de un largo convoy de vagones portacoches. Era 1971 y ya empezaban a utilizarse en trenes mercantes (Jaume Fernández)
Una imagen icónica: el jefe de estación de Chillarón de Cuenca da vía libre a un convoy encabezado por una "cuatromil" al parecer en unas pruebas de velocidad. Principios de los setenta (José Mª Martínez Ruiz/ a través de José Ayerza)
Una imagen icónica: el jefe de estación de Chillarón de Cuenca da vía libre a un convoy encabezado por una "cuatromil" al parecer en unas pruebas de velocidad. Principios de los setenta (José Mª Martínez Ruiz/ a través de José Ayerza)
En octubre de 1971 una "cuatro mil" ocupó la portada del nº 94 de "Vía Libre"
La imagen de las 4000 fue también utilizada como símbolo de modernidad en este anuncio de RENFE de 1972
La imagen de las 4000 fue también utilizada como símbolo de modernidad en este anuncio de RENFE de 1972
En julio de 1973 la 028 y la 006 se encontraban en cabeza de este mercancías estacionado en la estación de Samper de Calanda. Llama la atención la aparente situación de la caja de la primera de ellas tan solo seis o siete años después de ser puesta en servicio (Johannes Glockner/cortesía J.A. Méndez Marcos)
Es bien conocido que con ese tipo de trenes la máquina efectuaba casi constantes cambios de marchas entre 2ª y 3ª y eso era algo que empezaba a castigar bastante a su sofisticada transmisión. De este modo empezaron a surgir problemas de mantenimiento, agravados también, algún tiempo después, por la marcha de los talleres de Madrid de personal de las empresas constructoras. Y no puede olvidarse a este respecto que hacia 1974 las locomotoras General Motors de la serie 333 empezaban a hacer su aparición... En cualquier caso, durante unos meses de ese año de 1974, entraron en un turno especial muy adecuado a sus características, en el que demostraron sus cualidades, disminuyeron sus averías e incluso mejoraron algo los tiempos de las 333 entre Madrid y Barcelona...pero la suerte estaba echada.
La 021 entra en Madrid-Chamartín en 1979 en cabeza de un tren procedente probablemente del País Vasco (J.I. Esnarriaga) |
Es ahora la 003 la que en el mismo sitio de la imagen anterior, aunque ya en 1980, es fotografiada por P. Cvikevik. |
El último tren de pasajeros del que se ocuparon hasta octubre de 1981 fue el correo Madrid-Cuenca-Valencia, sustituyendo a las GM 1900. Por supuesto sus 4000 caballos de potencia eran a todas luces excesivos para este tipo de tren -que se hacía frecuentemente con una "ye-yé" 308- por lo que parece ser que con cierta frecuencia, fuera por avería o por ahorro de combustible, hacían el recorrido con un solo motor. En cualquier caso, una vez viajé en ese tren entre Cuenca y Madrid y, asomado a la ventanilla de un coche 5000, me maravillaba viendo en las curvas la imagen de la panzuda emergiendo entre los sembrados verdes primaverales de la Alcarria de Cuenca.
Una cuatromil en cabeza del correo de Madrid a Valencia por Cuenca. Enero de 1981 (J. Roca/CARRIL) |
La 006 llega a Madrid en cabeza del correo Valencia-Cuenca-Madrid. Año 1981 (Miguel González) |
De este modo, a principios de los ochenta quedaba ya una dotación de 25 locomotoras, de las cuales solo estaban en servicio de 16 a 20 unidades que efectuaban en su mayoría servicios en maniobras o lanzaderas, si bien parece -sólo parece- que en 1981 fue justamente la 006 la que llevó a cabo algunos ensayos para un posible remolque del talgo pendular. Fue algo que evidentemente no fructificó ya que no se consideró rentable modernizarlas y adecuarlas para ese servicio, si bien hubiera sido una alternativa muy interesante y muy cercana al tipo de tareas para las que fueron diseñadas. Muy poco después llegaron las 354...
En esa época fotografié a la 008 en Madrid Atocha:
La 008 junto con la 025 en Madrid-Atocha en agosto de 1982. El deterioro, al menos externo, de la locomotora, era bastante notable (Ángel Rivera) |
A mediados de los ochenta efectuaban ya servicios casi esporádicos y de escasa importancia en zonas de Madrid, Algodor, Ciudad Real y Puertollano, al tiempo que se incrementaba rápidamente el número de unidades dadas de baja.
Una ya decrépita "cuatromil" en cabeza de un mínimo tren obrero en las cercanías de Madrid en los años ochenta (Chema Martínez)
El depósito de Ciudad Real fue uno de los últimos reductos de las "cuatromiles". Philip Wormald tomó allí esta imagen en febrero de 1985. En ella aparecen ocupando los dos primeros lugares por la derecha las 020 y 026, las únicas que permanecen preservadas en la actualidad.
De este modo en 1986 sólo quedaban 24 locomotoras en la serie, de las cuales sólo cuatro permanecían operativas. Por fin, el 5 de enero de 1987, la única locomotora que quedaba operativa, la 020, descarriló en Valdemoro, fue apartada y se decidió el final de su vida útil y de las otras cuatromiles que quedaban. Los desguaces se llevaron a cabo en Madrid, Aranda de Duero y Bilbao.
Al menos se salvaron dos de ellas: la 020, ahora en el Museo del Ferrocarril en su sede de Delicias:
y la 026, custodiada por la Asociación Zaragozana de Ferrocarriles y Tranvías (AZAFT), en su nave de Casetas y, afortunadamente, en un proceso progresivo y cuidadoso de restauración que es de desear que llegue a buen término.
Esperemos que el mito de las cuatromil, no quede en eso, un puro mito en el recuerdo, sino que, a través de la 4020 o más bien de la 4026 -de la que podemos recordar aquí el sonido de sus bocinas- vuelva a ser una realidad viva. Esperemos... una vez más.
FUENTES CONSULTADAS:
Ramírez, E. y Enguix, J.C. (1988 y 1989): Adiós a las 4000. Revista CARRIL, números 24 y 26.
Prieto Tur, Ll. (2014): Locomotoras diesel (VIII). Monografías del ferrocarril. Lluis Prieto, editor.
Sánchez Solano, M. (2018): Maquinista por vocación. Editorial Punto Rojo
Diversos artículos de la revista Maquetren.
Archivo Histórico Ferroviario del Museo del Ferrocarril de Madrid (AHF/MFM)
"Cuatromiles" apartadas (WEFER) |
De este modo en 1986 sólo quedaban 24 locomotoras en la serie, de las cuales sólo cuatro permanecían operativas. Por fin, el 5 de enero de 1987, la única locomotora que quedaba operativa, la 020, descarriló en Valdemoro, fue apartada y se decidió el final de su vida útil y de las otras cuatromiles que quedaban. Los desguaces se llevaron a cabo en Madrid, Aranda de Duero y Bilbao.
Desguace de la 032, la última de la serie (Chema Martínez) |
Al menos se salvaron dos de ellas: la 020, ahora en el Museo del Ferrocarril en su sede de Delicias:
La 020 en el Museo de Madrid-Delicias (Falk2) |
La 026 se encontraba así al principio de su custodia por la AZAFT (AZAFT) |
Y así aparecía ya en abril de 2015, en avanzado proceso de restauración (Carlos Abadías) |
Esperemos que el mito de las cuatromil, no quede en eso, un puro mito en el recuerdo, sino que, a través de la 4020 o más bien de la 4026 -de la que podemos recordar aquí el sonido de sus bocinas- vuelva a ser una realidad viva. Esperemos... una vez más.
(Javier Aranguren) |
(Acuarela de Martínez Mendoza) |
FUENTES CONSULTADAS:
Ramírez, E. y Enguix, J.C. (1988 y 1989): Adiós a las 4000. Revista CARRIL, números 24 y 26.
Prieto Tur, Ll. (2014): Locomotoras diesel (VIII). Monografías del ferrocarril. Lluis Prieto, editor.
Sánchez Solano, M. (2018): Maquinista por vocación. Editorial Punto Rojo
Diversos artículos de la revista Maquetren.
Archivo Histórico Ferroviario del Museo del Ferrocarril de Madrid (AHF/MFM)
Fototeca ferroviaria de Juan Antonio Méndez Marcos