1965
Las últimas ALCo de RENFE (I): De los años sesenta a los primeros noventa
La historia de la serie 2100 empezó en 1962 cuando RENFE, en su empeño por extender la tracción diésel a buena parte de sus líneas, convocó un concurso para la adquisición de cuarenta locomotoras de línea y sesenta de menor potencia para servicios mixtos. Después de muchos debates e incluso anulaciones y nueva convocatorias concursales, el 30 de abril de 1963 se decidió que el número de locomotoras de línea a adquirir fuera de 120. Meses después, en la resolución del concurso definitivo publicada el 10 de diciembre de ese año, se adjudicaba la construcción de sesenta de esas locomotoras a la oferta de General Motors/MACOSA, (que constituirían la serie 1900 de la que ya me he ocupado en una entrada anterior, y de otras sesenta a la de ALCo/Euskalduna, que formarían la serie 2100 y de la que me ocupo en esta entrada. De este modo, el 10 de julio de 1964 se firmó un contrato entre RENFE, ALCo y Euskalduna para el suministro de las citadas sesenta locomotoras del modelo DL-500 que, en su adaptación bicabina para España, se denominaría DL-500S (S, de Spain).
La ALCo 2105 recién construida por la empresa ALCo en su planta de Schenectady en el estado de Nueva York (autor desconocido/cortesía J.A. Méndez Marcos) |
Tenían un generador principal trabajando a 750 V, seis motores eléctricos, dos bogies de tres ejes cada uno, freno de vacío para el tren y de aire para la locomotora, que también llevaba freno reostático. El esfuerzo de tracción era de 19300 kg y la velocidad máxima de 120 km/h.
Las ocho primeras locomotoras fueron construidas en Estados Unidos y llegaron al puerto de Sestao en enero de 1965, el mismo año en el que también comenzaron a recibirse -y también desde Estados Unidos- las primeras General Motors monocabina de la serie 1900, y fueron puestas a punto en los talleres de la Sociedad Española de Construcción Naval (SECN). Las correspondientes pruebas de homologación se realizaron en la zona de Miranda de Ebro siendo conducidas por maquinistas del depósito de Orense. Dadas de alta, algunas se asignaron al citado depósito de Orense y otras reforzaron la tracción de algunos pesados trenes de mercancías en los alrededores de Madrid. Parece que también sustituyeron a las Confederación en el remolque de algunos expresos vascos entre Ávila y Miranda de Ebro, si bien las 2100 llegaban hasta Bilbao.
La 2107 casi recién llegada de la factoría estadounidense aparece en esta imagen en cabeza del "Iberia Expreso" tomada en Irún en 1965 por Trevor Rowe.
A finales de 1965 se recibieron las cinco primeras máquinas fabricadas en España. Tres habían sido construidas por CAF y dos por la SECN, ya que Euskalduna, la adjudicataria del concurso, no podía absorber más carga de trabajo al estar construyendo también la serie 1300, por lo que subcontrató buena parte de su producción a estas dos empresas.
Durante 1966 se recibieron otras 45 locomotoras que se repartieron entre los depósitos de Orense y Sevilla. Las dos últimas de este pedido inicial llegaron en enero de 1967. En Sevilla quedaron las 2101 a 2134 fabricadas por ALCo y CAF y en Orense las 2135 a 2160 construidas por la SECN. En ambas zona tomaron a su cargo los trenes más importantes dando el relevo en estos servicios a las sevillanas 1600 y a las orensanas 1800.
Una imagen de la construcción del lote de locomotoras subcontratado por Euskalduna a CAF (Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril) |
Vistos los buenos resultados, en 1967 se adquirieron diez nuevas máquinas y diez más en 1970. En esta ocasión ya fueron construidas por Euskalduna en sus talleres de Villaverde Bajo y se recibieron entre febrero de 1969 y marzo de 1971. Fueron las 2161 a 2180 y quedaron asignadas al depósito de Madrid-Atocha.
Así, a principios de los setenta, la mayoría de los servicios con tracción diesel de la zona centro, Extremadura, Andalucía y Galicia, se cubrían con estas locomotoras. Pero en 1974 se comenzaron a recibir las General Motors de la serie 333, que, además de una mayor potencia, disponían de calefacción eléctrica para el tren (las 2100 la tenían pero de vapor) y, por otra parte, las electrificaciones iban avanzando. Todo ello llevó a prescindir de ellas en el remolque de expresos y rápidos y orientarlas hacia los ómnibus -muchas veces sustituyendo a ferrobuses- y a líneas y servicios secundarios, algo que se consolidó entre finales de los setenta y principios de los ochenta.
Así, a principios de los setenta, la mayoría de los servicios con tracción diesel de la zona centro, Extremadura, Andalucía y Galicia, se cubrían con estas locomotoras. Pero en 1974 se comenzaron a recibir las General Motors de la serie 333, que, además de una mayor potencia, disponían de calefacción eléctrica para el tren (las 2100 la tenían pero de vapor) y, por otra parte, las electrificaciones iban avanzando. Todo ello llevó a prescindir de ellas en el remolque de expresos y rápidos y orientarlas hacia los ómnibus -muchas veces sustituyendo a ferrobuses- y a líneas y servicios secundarios, algo que se consolidó entre finales de los setenta y principios de los ochenta.
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La 061 de Madrid-Atocha en cabeza del ómnibus de Calatayud a Soria estacionado en Soria en 1979. Al fondo, una 333( J. Cruz) |
En la imagen la 029 en cabeza del expreso de Barcelona en la estación de Almería. A su derecha una 2000T en cabeza del Talgo vespertino a Madrid (P. Wormald) |
Y más sustituciones y relevos: a principios de los ochenta también comenzaron a llegar los "camellos" de las series 592 y 593, que se fueron haciendo con los servicios de los ómnibus. Esta circunstancia, junto con el cierre de gran número de líneas secundarias, orientaron definitivamente a las 2100 hacia las mercancías, maniobras de clasificación en estaciones de importancia y despeje de vías como máquinas quitanieves.
Ya, a principios de los noventa, RENFE decidió efectuar en las 2100 una serie de modificaciones importantes de modo que pudieran seguir en el parque de locomotoras de línea y al mismo tiempo se inició su cambio de librea. Nos ocupamos de ello en la segunda parte de esta entrada, pero antes podemos quedarnos con este vídeo y este otro, todavía con su vieja librea y con ese ruido tan característico de su motor.
Y tampoco podemos olvidar la anécdota que se cuenta de la 2160 y que me recuerda José Luis Sánchez. Al parecer en una ocasión había salido disparado por el techo uno de sus pistones dejando un marcado orificio. Desde entonces se la conoció como "La bomba atómica" y las fotos que siguen lo atestiguan.
Cabina de la 2160 cuando ya estaba en Barcelona-Casa Antunez a la espera de desguace. El rectángulo señala la inscripción "La Bomba Atómica" (José Luis Sánchez)
Ampliación del detalle de la foto anterior donde puede leerse la citada inscripción (José Luis Sánchez)
FUENTES CONSULTADAS:
Galán Eruste, M. (1998): Las ALCo ibéricas. Revista Maquetren. Monográfico especial 2/98
Arenillas, J. (2010): La tracción en los ferrocarriles españoles. Ed. Vía Libre
Galán Eruste (2016): ALCo, antología sobre raíles. Editorial Maquetren.
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