Entrada publicada originalmente en febrero de 2015 y revisada y ampliada en febrero de 2017
Hacia 1985 varios acontecimientos empezaron a marcar el futuro de los 54 semitrenes TER que estaban en servicio tras la baja por accidente de los 9732, 9735, 9739, 9741, 9750 y 9755. Las líneas electrificadas se extendían, se cerraron otras varias supuestamente deficitarias y no electrificadas, los "camellos" 592 y 593 iban imponiéndose, la extraña relación entre plazas de segunda y primera clase restaba viajeros y encarecía el mantenimiento, la mecánica, y sobre todo la refrigeración y el sistema de frenado por zapatas, causaban cada vez mayores problemas. Y, por si fuera poco, estaba a punto de finalizar el contrato de mantenimiento con FIAT.
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El TER "Ruta de la Plata" en la estación de Cañaveral el 29 de diciembre de 1984. El servicio en la línea se cerraría dos días después. En la imagen aparece también el automotor 9162 del Museo Nacional Ferroviario, seguramente en tareas de recogida de objetos ferroviarios de interés. (Foto I. Barrón/CARRIL) |
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El 31 de diciembre de 1984 se cruzan por última vez en la estación de Monteagudo, en la línea Valladolid a Ariza el TER Salamanca-Barcelona y un nuevo camello 592 en servicio Calatayud-Valladolid. La línea se cerraría al día siguiente. (Foto I. Barrón/CARRIL) |
Ante esta situación RENFE planeó, ya en el mismo 1985, una primera reforma de veinte unidades mediante algunos cambios en frenos, bogies, revestimientos y cafetería al tiempo que ensayaba un nuevo esquema de pintura en blanco, amarillo y azul. Era una reforma que ya parecía dirigirlos de algún modo, hacia servicios regionales. En cualquier caso esta operación, que se llevó a cabo en los talleres de CAF, sólo afectó al citado 9718 y a los 9752 y 9759.
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El 9752 con la extraña librea en Zaragoza en septiembre de 1986 (foto: Luis Rentero/cortesía Fernando Rodriguez) |
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El 9718 en Badajoz con la nueva librea (foto: autor desconocido/RENFE-h0) |
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En aquella época se debió experimentar con distintas libreas: una curiosa prueba de color tipo "estrella" en el remolque 9728 (Foto: Josep Calvera). Estos ensayos también quedan reflejados en este vídeo.
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Poco tiempo después, en 1987, RENFE decidió dar de baja treinta semitrenes y reformar veinte, así como otros tres más (9708, 9721 y 9749) para trenes turísticos. Sin embargo, éstos también causaron baja en 1988. En esta época, prácticamente todas las composiciones útiles hacían ya servicios regionales.
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El 9744 en la estación de Toledo dispuesto a salir hacia Cuenca con el servicio "Rio Riánsares". Julio de 1988. En 1994, a punto de salir para Argentina, fue incendiado en los muelles de Bilbao y su numeración pasó al 9718 que fue el realmente enviado a Argentina como 9744 (Foto: Ángel Rivera)
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El 9711 en Castillejo-Añover en dirección a Cuenca. Diciembre de 1988. Sería el único reformado en Cerro Negro en 1992 y posteriormente desguazado en 1996 (Foto: Ángel Rivera) |
En 1991, mientras este proceso de reforma estaba en marcha, RENFE decidió crear las Unidades de Negocio y, entre ellas, la de Regionales, a la que pasaron los veinte semitrenes TER. Tras el correspondiente estudio se decidió adecuar específicamente para este servicio a once de ellos (9703, 9704, 9709, 9711, 9717, 9718, 9729, 9736, 9743, 9744, 9748 y 9752). La mayor parte de ellos fueron reformados por Miró-Reig entre 1991 y 1993 y los cambios fundamentales que se introdujeron fueron los siguientes:
- Se eliminó la zona de equipajes en los coches motores y se colocaron allí diez asientos de primera clase, al tiempo que se abrieron dos nuevas ventanillas a cada lado.
- En el coche remolque se sustituyeron los asientos de primera clase por otros de segunda.
- La zona dedicada a cocina y bar se sustituyó por un espacio de venta automática de bebida y comida
- Se sustituyó el enganche semiautomático por otro convencional
Y, además, se instauró una nueva librea en colores blanco y naranja con el frontal en amarillo y negro.
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Un TER reformado en 1993 (Foto: Arturo Vega Roldán) |
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Los 9709 y 9729 en Soria (foto: Luis Rentero) |
Con estos cambios, y conviviendo con los no reformados que aún seguían con la librea original, se encargaron básicamente de los servicios Valencia-Zaragoza, Madrid-Soria-Zaragoza, Zaragoza-Pamplona, Zaragoza-Canfranc, Madrid-Cuenca y Cuenca-Toledo.
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El 9704 en Toledo en 1991. Sería reformado por Miró-Reig el año siguiente y enviado a Argentina en 1994 (Foto: Ángel Rivera)
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El 9712 en la estación de Toledo en 1991. No fue reformado y se desguazó en 1996. Detrás una UT 440 en colores de Cercanías haciendo el servicio con Madrid por Aranjuez. (Foto: Ángel Rivera)
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Pero parece que a RENFE todavía le sobraban algunos de estos trenes y en 1994 decidió la venta a Argentina de dos de ellos, el 9704 y el 9743, aunque, por un choque entre ambos, se acabó enviando a los 9717 y 9729. Cinco años después, definitivamente averiados, pasaron a ser remolcados permanentemente por una locomotora diesel.
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El 9717 recién llegado a Argentina. Detrás una 2100 parece remolcar a otro TER que debía ser el 9729 (Foto: Darío Saidman)
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A finales de ese año, 1994, se vendieron otros dos trenes, de nuevo el 9704 y el 9744, pero éste último, tras ser quemado en los muelles de Bilbao, fue sustituido, como ya comentaba antes, por el 9718 aunque rotulado como 9744. También acabaron remolcados por locomotoras y fueron dados de baja en 2001.
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Un TER -probablemente el 9729- en Argentina bajo la denominación de "Expreso de la estepa" (Foto: autor desconocido) |
En cualquier caso las reformas no prolongaron mucho la vida de los últimos TER. Las bajas se hicieron cada vez más frecuentes y el 16 de enero de 1995, el 9752 cerró con el servicio Madrid-Cuenca, el último viaje comercial de esta familia, que durante más de treinta años dio un inmejorable servicio, junto con una estupenda imagen, por las líneas españolas no electrificadas. Los "camellos" nunca serían lo mismo.
Tras la baja definitiva, lo lógico hubiera sido preservar cuatro o cinco unidades para museos y asociaciones. En principio así fue...pero en la próxima entrada contemplaremos es el naufragio de estas buenas intenciones....y los restos de ese naufragio.
A nivel personal, me queda la satisfacción de que, con la debida autorización de RENFE, pude viajar en cabina entre Toledo y Cuenca en el 9742. Fue una experiencia verdaderamente inolvidable. Y una despedida.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Calvera Pi, Josep (2009):
Automotores diesel ancho ibérico español. Editorial Revistas Profesionales. Madrid
J. R. I:
El TER, veinte años después. CARRIL, nºs 10 y 11. Diciembre de 1984 y marzo de 1985