Los humildes y entrañables trenes de Tierra de Campos
La forma en que evolucionaron a mediados y finales del siglo XIX las líneas ferroviarias que desde Madrid se encaminaban hacia Irún y hacia Santander por Palencia y Alar del Rey, dejó sin tren a la amplia llanura cerealística de Tierra de Campos. De este modo surgieron diversas iniciativas para mejorar las comunicaciones de esta comarca y dar salida a su producción agrícola, más allá de lo que se podía conseguir con el Canal de Castilla construido durante el primer tercio de ese siglo. Quizás la más importante fue el establecimiento de pequeñas -o no tanto- líneas ferroviarias secundarias que atravesando distintas zonas de la comarca se dirigieran a estaciones situadas en las líneas principales. La población que se convirtió en el centro irradiador de todas ellas fue Medina de Rioseco. De hecho, el primero de estos ferrocarriles unió a partir de 1887 esta población con Valladolid. Años después otra compañía impulsó nuevas líneas, inaugurando en 1912 la que iba de Palencia a Villalón. A continuación se conectó Medina de Rioseco con Villada, una línea que en la estación de Villalón empalmaba con la anterior a Palencia. Por fin en 1915 se pusieron en operatividad los 93 km entre Medina y Palanquinos.
Las grandes dificultades económicas que afectaron a ambas compañías dieron lugar a la recuperación por el Estado de la concesión a la primera compañía y el encargo de su explotación a la segunda. Pero, aún así, los inasumibles déficits condujeron a la asunción de toda la red por EFE/FEVE en 1965, que en 1969 la clausuró completamente. Recordemos su nostálgica historia y sus imágenes de profundo sabor castellano.
Es curioso que el primer proyecto "serio" fue el de una entidad catalana que se constituyó en 1881 y que estaba interesada en el suministro de harina a las industrias de aquella región. Se denominó Compañía del Ferrocarril Económico de Valladolid a Medina de Rioseco y se proponía la construcción y explotación de un ferrocarril entre estas dos poblaciones y cuya concesión, otorgada a un particular algunos años antes, establecía que sería de tracción animal. La nueva compañía pidió muy pronto la revisión de la concesión para que la tracción se efectuara con locomotoras de vapor. Autorizado el cambio, la construcción de la línea de algo más de cuarenta kilómetros y de un metro de ancho se efectuó con rapidez. Toda ella se había construido sobre una explanación propia aunque había algún pequeño recorrido urbano en Valladolid. La inauguración oficial se llevó a cabo en septiembre de 1884 llegando los trenes a la nueva estación vallisoletana de San Bartolomé.
Para la tracción se adquirieron entre 1883 y 1885 seis pequeñas locomotoras tipo 020T de la factoría inglesa Sharp&Stewart. Fueron numeradas del 1 al 6 y recibieron los nombres de "Valladolid", "Zaratán", "Villanubla", "Mudarra", "Valverde"y "Rioseco". Con ellas comenzó la explotación del servicio de viajeros que se caracterizaba por su lentitud, ya que para recorrer los algo más de cuarenta kilómetros de la línea se empleaban dos horas y once minutos, algo que, al parecer, otorgó al ferrocarril el apelativo de "el tren burra".
El tráfico de mercancías se inició dos años después y se vio favorecido al construirse hacia 1890 un enlace entre la citada estación de Valladolid-San Bartolomé hasta la de Valladolid-Campo Béjar, construida junto a la de la Compañía del Norte. Como era de esperar el ferrocarril se vio en la necesidad de potenciar el esfuerzo de tracción en algunos de sus trenes y a tal efecto en 19l t10 adquirió dos locomotoras tipo 030T a la factoría belga Saint Leonard. Fueron las 7 y 8; se sabe que la primera de ellas recibió la denominación de "Castilla" y que fueron vendidas en 1930 al Ferrocarril de La Robla.
Una de las primitivas 020T quedó expuesta en un parque de Valladolid. Aunque en la imagen aparece con el número 1 parece que realmente se trata de la número 6 (M. Gurgui) |
El tráfico de mercancías se inició dos años después y se vio favorecido al construirse hacia 1890 un enlace entre la citada estación de Valladolid-San Bartolomé hasta la de Valladolid-Campo Béjar, construida junto a la de la Compañía del Norte. Como era de esperar el ferrocarril se vio en la necesidad de potenciar el esfuerzo de tracción en algunos de sus trenes y a tal efecto en 19l t10 adquirió dos locomotoras tipo 030T a la factoría belga Saint Leonard. Fueron las 7 y 8; se sabe que la primera de ellas recibió la denominación de "Castilla" y que fueron vendidas en 1930 al Ferrocarril de La Robla.
Pero de una forma u otra la evolución económica era mala. Tanto era así que en 1920 la compañía se declaró en suspensión de pagos y aunque logró remontar la situación, la competencia de la carretera hizo inviable el mantenimiento del servicio. De este modo, en octubre de 1930, el Estado rescató la concesión y estableció un acuerdo con otra compañía -la Sociedad de Ferrocarriles Secundarios de la que nos ocupamos a continuación- para que se hiciera cargo de la explotación mediante un contrato de arrendamiento.
La citada Sociedad se fundó en París en 1909 impulsada por varios bancos franceses y españoles con el objetivo de establecer una tupida malla de ferrocarriles de vía estrecha para explotar la riqueza cerealística de Tierra de Campos facilitando el transporte de sus productos hasta algunas estaciones de vías férreas principales, y lograr así su distribución por gran parte de España. Además se proyectaba la ampliación hasta alguna estación del Ferrocarril de La Robla lo que supondría una excelente conexión con las vías férreas del norte peninsular.
Para llevar a cabo sus propósitos la compañía adquirió las concesiones de las líneas de Medina de Rioseco a Villada, de Villalón a Palencia, de Medina de Rioseco a Palanquinos y de Villanueva del Campo a Benavente. De este modo en julio de 1912 se inauguró la línea de Palencia a Villalón de 45 km de longitud; en octubre de ese mismo año también se inauguró la de Medina de Rioseco a Villada también de unos 45 km y que en Villalón enlazaba con la anterior hacia Palencia.
Por fin, en abril de 1915. llegó la inauguración de la de Medina de Rioseco a Palanquinos, de nada menos que de 93 km de longitud. Definitivamente no se construyó la de Villanueva del Campo -una estación en la línea de Medina a Palanquinos- hasta Benavente, ni se llegó a conectar Palanquinos con León aunque la distancia no llegaba a los 20 km. Lo que sí se construyó en 1914, y no podía ser de otra manera, fue de un ramal de enlace entre las dos estaciones de Medina de Rioseco, la de "Castilla" o "de arriba" y la "de tránsito" o "de abajo". De este modo se estructuró definitivamente la red conocida como Ferrocarriles Secundarios de Castilla.
En Villalón enlazaba la línea de Medina a Villada con el ramal a Palencia (autor desconocido) |
En este punto es interesante añadir este revelador y clarificador comentario de César Mohedas sobre los orígenes concretos de estos ferrocarriles:
"Las concesiones de las líneas de Palencia-Villalón, Medina de Rioseco-Villada y Medina de Rioseco-Palanquinos fueron otorgadas a la Compañía de los Ferrocarriles de Castilla, constituida el 14 de diciembre de 1909.
Esta Compañía de los Ferrocarriles de Castilla era una filial de la Sociedad Española de Ferrocarriles Secundarios, constituida el 15 de julio de 1909.
Las dos primeras líneas eran ferrocarriles secundarios con garantía de interés y las concesiones fueron otorgadas el 5 de enero de 1910, con arreglo a la Ley de 26 de marzo de 1908. La de Medina de Rioseco a Palanquinos fue concedida como ferrocarril estratégico el 30 de octubre de 1912.
Realmente, la constitución de la Compañía de los Ferrocarriles de Castilla parecía ser una forma legal buscada por la Sociedad Española de Ferrocarriles Secundarios para no vulnerar la Ley de 26 de marzo de 1908, que establecía de un modo expreso la nacionalidad española de las compañías, prescripción confirmada por la Ley de 1912, que prescribía que los Consejos de Administración fueran españoles.
Finalmente, el 1 de marzo de 1934, las Compañía de los Ferrocarriles de Castilla (concesionaria) y la Sociedad Española de Ferrocarriles Secundarios (explotadora) se fusionan, dando lugar a la Compañía de los Ferrocarriles de Castilla y Española de Ferrocarril Secundarios, que ya actuaria hasta el pase de las líneas a EFE".
Para la tracción, los Secundarios encargaron a La Maquinista Terrestre y Marítima siete locomotoras tipo 130T de un modelo denominado “Räthia” desarrollado por la factoría suiza SLM. Recibidas en 1911 fueron numeradas del 1 al 7. Dos años después, a la vista de sus excelentes resultados y ante la apertura de nuevos servicios, se adquirieron otras seis idénticas que fueron las 8 a 13. Luego en los años veinte se incorporó también una Falcon -probablemente del tipo 031T procedente del Olot-Girona.
Modelo de locomotora tipo 130T "Räthia". La Maquinista construyó 13 máquinas de este modelo para Secundarios. |
Una imagen de una de estas locomotoras haciendo la aguada en Medina (Otto Kurbjuweit) |
En cualquier caso, y aún con una red tan amplia, la situación económica de esta compañía tampoco fue buena y con el fin de reducir gastos adquirió en 1935 tres automotores tipo "zaragoza" a la factoría Cardé&Escoriaza: los WMG 1 al 3. Al parecer en principio fueron arrendados por dos años y luego finalmente adquiridos.
Llegada a Medina de uno de los "zaragoza" en un viaje inaugural desde Valladolid. Era el verano de 1935 (autor desconocido/cortesía Aitor Fernández Baños) |
No se tienen muchas noticias de estos vehículos salvo que uno de ellos se quemó, que otro se convirtió en remolque y al tercero se le sustituyó su motor original por un diésel Barreiros. No conozco a ciencia cierta cuándo ocurrieron esos hechos y en que momento finalizaron sus servicios. Sí parece que el último de ellos lo prestaban entre Villanueva del Campo y Palanquinos.
La mejor época para Secundarios fueron los tiempos de posguerra debido a la escasez de combustibles derivados del petróleo y de neumáticos. Éstos eran los horarios en diciembre de 1939:
Entre Medina y Palanquinos también sólo había un tren diario que hiciera el recorrido completo. Un servicio entre Palanquinos y Villanueva del Campo y otro entre Valderas y Medina estaban cubiertos por los "zaragoza".
Sin embargo a la finalización de la Segunda Guerra Mundial el tráfico por carretera se fue recuperando y la situación económica empeoró cada vez más. En los años cincuenta se buscó de nuevo el apoyo de la tracción térmica y en el contexto del Plan de Ayuda y Mejora a los Ferrocarriles de Vía Estrecha. De este modo hacia 1958 se recibieron dos composiciones motor-remolque Billard y otro motor más de la misma marca. Fueron los motores 2120, 2125 y 2130 y los remolques 5105 y 5109. Cabe señalar que el 2130 fue transformado en remolque tras un accidente. En agosto de 1954, los horarios eran éstos:
Sin embargo también en estos años la compañía recibió un duro golpe al prohibir el ayuntamiento de Valladolid el tráfico ferroviario por la conexión entre las estaciones de San Bartolomé y Campo de Béjar. Durante un tiempo se permitió un tren nocturno de mercancías hasta que en definitivamente se eliminó todo el tráfico ferroviario.
Veamos a continuación una selección de imágenes de los años cincuenta:
Sólo dos trenes entre Valladolid y Medina: un correo y un autovía. El segundo empleaba una hora menos en el recorrido |
Entre Medina y Villada solo un "correo mixto" hacía el recorrido completo. Otro servicio entre Medina y Villalón estaba servido por un autovía. |
Sin embargo a la finalización de la Segunda Guerra Mundial el tráfico por carretera se fue recuperando y la situación económica empeoró cada vez más. En los años cincuenta se buscó de nuevo el apoyo de la tracción térmica y en el contexto del Plan de Ayuda y Mejora a los Ferrocarriles de Vía Estrecha. De este modo hacia 1958 se recibieron dos composiciones motor-remolque Billard y otro motor más de la misma marca. Fueron los motores 2120, 2125 y 2130 y los remolques 5105 y 5109. Cabe señalar que el 2130 fue transformado en remolque tras un accidente. En agosto de 1954, los horarios eran éstos:
Sin embargo también en estos años la compañía recibió un duro golpe al prohibir el ayuntamiento de Valladolid el tráfico ferroviario por la conexión entre las estaciones de San Bartolomé y Campo de Béjar. Durante un tiempo se permitió un tren nocturno de mercancías hasta que en definitivamente se eliminó todo el tráfico ferroviario.
Veamos a continuación una selección de imágenes de los años cincuenta:
La FSC 8 en cabeza de un tren mixto por las calles de Valladolid en abril de 1958 (J. Wiseman) |
La FSC 11 en Palencia, y en pequeña reparación, en 1958 (Javier Aranguren) |
Y de la primera mitad de los sesenta:
Una de las primeras fotos en color. La tomó Harald Navé en agosto de 1962 en Valencia de Don Juan. Por tanto la FSC 4 venía o se dirigía hacia Palanquinos. |
A punto de salir de Valladolid hacia Medina (L. G. Marshall) |
Y parando poco después en Villanubla tras haber coronado la subida desde Valladolid. Marshall comenta en esta foto que él era el único viajero. |
En Medina, Marshall encontró a la 9 en cabeza de un tren dispuesto probablemente a partir hacia Palanquinos. |
En 1965 Les Dench visitó el ferrocarril y entre sus fotos figura ésta con la FSC 12 maniobrando en Medina.
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Probablemente el mismo tren anterior, estacionado ya en Palencia (Les Dench)
Un automotor Billard, ya un poco "perjudicado" aparece en la estación de Valladolid en 1965 (Christian Schnäbel)
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Pero ya en este año de 1965 la situación se hizo inviable para la compañía de modo que sus líneas pasaron a ser explotadas por EFE en marzo de ese año. FEVE, que sustituyó a EFE a finales de ese mismo año, no se planteó ninguna inversión seria para la mejora del servicio aunque sí parece que llegó otra locomotora de vapor procedente del Ferrocarril Vasco Navarro. En cualquier caso, dada la degradación continuada, el Estado decidió el cierre de todas las líneas de Secundarios el 11 de julio de 1969 en el contexto de un "paquete" mucho más amplio de supresiones. De esta última época tenemos la suerte de contar con esta entrañable filmación de Julián de Elejoste remasterizada por Gustavo Vieites.
El mismo tren por Villarramiel (J. Wiseman) |
...Y poco después por Castromocho (J. Wiseman) |
En agosto de 1968 quedaba ya menos de un año para el cierre. Sorprende mucho este gran número de vagones de mercancías en un tren detenido en Villarramiel (Eugenio Darriba) |
Las "maquinistas" iban quedando ya apartadas en Palencia (Xavier Santamaría/Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril) |
La pareja y la locomotora del último tren de los Secundarios a su llegada a la estación de Palencia (Luis Muñoz/Apuntes Palentinos) |
Tanto las locomotoras como quince coches de correos y/o viajeros y un buen número de vagones de mercancías fueron subastados para desguace en 1973. Igualmente ocurrió con lo que quedaba de los "zaragoza". A tal efecto en el inventario que hizo FEVE con motivo de esa subasta se señalaba que en Palencia se encontraban desmotorizados los automotores WMG 1 y el WMD 1 (él que recibió el motor diésel Barreiros) así como el remolque VDR 1. Curiosamente también se señalaba que en Palencia se encontraba un "automotor ligero nº 1" que ignoro de qué vehículo se trataba aunque parece -y un lector me confirma- que Secundarios contó con un automóvil tipo "rubia" adaptado para circular por la vía. Por su parte los Billard siguieron prestando servicios algunos años más en otras líneas de FEVE. Así, alguno de ellos estuvo algún tiempo en la línea de La Robla y a continuación en la de Gijón a Ferrol.
Es verdad que en sus tiempos los Secundarios no obtuvieron el éxito ni la viabilidad que sus promotores habían soñado. Sin embargo, visto desde esta época resulta lastimoso que se perdieran estas pequeñas líneas que modernizadas, y manteniendo sus enlaces a distintas estaciones de RENFE, hubieran dinamizado las actividades económicas y sociales de esta extensa comarca de la Tierra de Campos. Recordemos a nuestro querido "burra" con esta interesante y entrañable filmación de Julián de Elejoste que muy recientemente Gustavo Vieites ha rescatado del olvido.
(Apuntes Palentinos) |
Últimos días (Apuntes Palentinos) |
FUENTES CONSULTADAS
Pérez Llorente, J. (198X): Los ferrocarriles palentinos. Cuadernos Palentinos, tomo V, fascículo nº 5. Ed. Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Palencia.
Allen, P. y Wheeler (1987): Vapor en la Sierra. Aldaba ediciones.
Ortuñez, P.P. (2005): Vía estrecha en Castilla y León: De su necesidad al abandono y la nostalgia 1860-1969. En "Historia de los Ferrocarriles de Vía Estrecha en España". Vol I. Ed. Fundación de los Ferrocarriles Españoles.
Garabito, G. (2009): El Ferrocarril de Valladolid a Medina de Rioseco "Tren Burra". Ed. Ayuntamiento de Valladolid.
Allen, P. y Wheeler (1987): Vapor en la Sierra. Aldaba ediciones.
Ortuñez, P.P. (2005): Vía estrecha en Castilla y León: De su necesidad al abandono y la nostalgia 1860-1969. En "Historia de los Ferrocarriles de Vía Estrecha en España". Vol I. Ed. Fundación de los Ferrocarriles Españoles.
Garabito, G. (2009): El Ferrocarril de Valladolid a Medina de Rioseco "Tren Burra". Ed. Ayuntamiento de Valladolid.
González Prieto, J. (2010): El tren Burra y Buenseñor. Editorial Cultural Norte
Martín, I. y Román, W. (2022): Secundarios de Castilla. Aruz ediciones.
Olaizola, J. (2019): Cincuenta años sin los Secundarios de Castilla (I, II, III y IV). Blog Historias del tren.